Marie Moreau
—Conozco perfectamente la forma de pensar de los hombres de este lugar y creo que es hora de cambiar las cosas por aquí, en esta casa mando yo Luis y si no te gusta te puedes marchar por donde viniste. — Le dice Esperanza al hombre conflictivo.
—Si le hacen caso a esta mujercita, solo traerá desgracia, conozco perfectamente a las mujeres como ella. — Dice, el que ahora se llama Luis.
—No señor no creo que conozca mujeres como yo, si así fuese este lugar fuese un lugar diferente. — Continúo con la discusión
—Le repito señora, será mejor que se vaya por donde vino, yo soy el menor de sus problemas aquí.— Me dice el sentándose a comer como si nada, yo tomo asiento también y como si estuviera comiendo tierra, Mateo esta alerta, lo sé por su postura rígida y sus ojos como un depredador a punto de atacar a su presa.
—La gente va levantándose de la mesa y cuando me dispongo a hacerlo la señora Esperanza me pide un momento a solas—
—Yo la sigo en silencio a la cocina. —Debes ten