DANESA
Asiento siguiéndola, la mansión se mantiene custodiada por muchos hombres que lucen grandes, musculosos y peligrosos. El clima es cálido, aun asi en las noches es muy frio y al parecer ellos no le afecta nada.
En los alrededores se ven una especie de cabañas y sigo sin entender donde estoy porque lo único que puedo ver son árboles, una hilera de autos y una caballeriza cuando llegamos a esta.
—Estos caballos son amados por el amo, así que hay que alimentarlos, limpiarles el espacio y cambiarles el heno.
Teníamos caballos, pero todos los vendimos para el tratamiento de mama y me dolió demasiado tener que hacer eso. Tiene cinco caballos en pesebreras bien cuidadas y esto no será un trabajo el cual no pueda cumplir o no me guste.
—Hola amiguito.
Este cabello es completamente blanco y tiene un pelaje hermoso.
—Es amiguita—corrige Katia—No debes sacarlos sin permiso, ya que solo le hacen caso a su amo, pero puedes ingresar para dejarles el alimento o cambiarles el heno. Este