DANESA
Tomo una ducha a la espera de mi Mate, me preparo para acostarme y apenas muevo la primera almohada ingresa con una cara que me desconcierta.
–—¿Qué pasó? —se ve demasiado desanimado—háblame mi amor.
Se tira a la cama luciendo cansado, sé que lleva mucho tiempo en esta contienda que no ha tenido paz alguna y más cuando se trata de una persona que debería amar y proteger.
Quisiera tener el poder para ayudarlo, tener el poder de calmar su mente y angustiado corazón.
—Me dijo que los Dioses no quisieron hablar y que todo depende de nosotros, que la decisión que tomemos dentro consecuencias más adelante y solo de nosotros, incluyendo todas las manadas involucradas.
Me acuesto a su lado, pensando, analizando mientras escucho los latidos pausados de su corazón y sé que no puede dormir, yo tampoco lo hago con tantas cosas en la cabeza.
Acaricio su pecho, sus pectorales son definidos además también su abdomen. Amo y deseo demasiado a mi Mate. Estoy sin sabana, porque el calor de su