Mundo ficciónIniciar sesiónCadence Monroe nació con estrella, a pesar de ser una bebé que consiguieron abandonada en un carrito de compras de un supermercado. Tuvo en su vida una mujer que la amó como si fuera su sangre y que le procuró un futuro lleno de comodidades en el hogar de los Dryden; quienes la recibieron con los brazos abiertos… o al menos la mayoría de ellos. Ha demostrado ser el complemento perfecto para la familia Dryden. Creció entre los tres chicos Dryden; recibió los mejores estudios, con todo pago y una vida perfecta para demostrar que, efectivamente, le asignaron una estrella al nacer. La verdad es que en su vida (de mujer trabajadora, inteligente y perfecta), todo sería color de rosas de no ser por sus sentimientos hacia Caleb, el hijo mayor de los Dryden… sentimientos que la persiguen, castigan y asedian desde que surgieron en la adolescencia. Sentimientos que aumentarán su ataque cuando Caleb y Cadence deban encargarse de la dirección de la empresa familiar. ¿Qué podría salir mal? Caleb es el hombre que todas desean, no cuenta como el típico playboy, sino más como un heredero millonario corriente. Chicas, fiestas y demás. El único problema que ha tenido en su vida; es ignorar con su vida a Cadence, fingir que no ve cada uno de sus movimientos, que no puede leer sus gestos. Cadence, quien gracias a un se le ha metido en el sistema y no logra sacarla por más que lo intente. Hasta que de pronto, comienzan a derribar barreras y se dan cuenta de que el amor manda y no pueden doblegarlo o hacerlo esperar. La atracción es inminente, pero ¿qué sucederá cuando llegue una mujer bastante parecida a Caddie, amenazando con decirle a los medios que está embarazada del hijo mayor del imperio Dryden?
Leer másAlguien me dijo que para tener un poco de felicidad, solo necesitas dormir un poco y reír por un largo tiempo. Si, ya hice lo primero, es más, dormí el más profundo y eterno sueño de todos. Morí.
¿Cómo? Bueno, fue la peor pesadilla, lo último que cruzó ante mis ojos fueron dos luces horribles acercándose a mí en un estúpido coche color azul, y dentro, la cara de la mujer que quería casarse con mi prometido.
Tal vez si la noche anterior no la hubiera provocado; tal vez si no le hubiera dicho que Ethan era mío y que ella simplemente sería una secretaria, una empleada en una pequeña oficina para siempre. Alguien con tan poca dignidad para salir con alguien comprometido. Tal vez si hubiera visto las señales, no sería un espíritu contando la historia.
Bueno, yo y mi gran bocota.
Mi supuesto prometido, Ethan, el hombre que había compartido tantos años a mi lado desde que éramos niños hasta la universidad. Si, el idiota, me engañó con su secretaría, la hermosa Rose Corelli, peor aún, el nido de su romance era la empresa de mi padre.
Todos los empleados lo sabían, mi padre lo sabía, pero el hombre jamás me dijo, o más bien, no le interesó decírmelo. Su indiferencia y sus largos años siéndole infiel a mi madre le parecieron los rasgos naturales del hombre. Sin embargo, yo y mi bocota, ¿verdad?
La fiesta de mi compromiso fue el detonante de mi tragedia.
Cuando Ethan aún no aparecía en la casa, me ofrecí a buscarlo en nuestro departamento. Que mala fortuna, o tal vez estoy atada a un destino de tragedia.
Yo estaba tan feliz, lo busqué en la habitación donde dormíamos juntos. Sin embargo, una sorpresa poco esperada llegó a mis oídos al abrir la puerta. Jadeos, sonidos de besos y romance en la cama, nuestra cama, el lugar donde compartimos tantas noches.
“¿No es hoy el día de tu compromiso, Ethan?”
“Si,” dijo el bastardo, pero antes de que tuviera la oportunidad de reírse y burlarse de la pobre desdichada que dejó abandonada en la fiesta, abrí la puerta.
“Sí, era el día de nuestro compromiso, infeliz.”
Entré calmada, entré con pasos firmes y con la cabeza en alto, sabía que tenía el corazón roto y los ojos a punto de estallar en llanto, pero no me importo.
“¡Edén!”
Su voz sonaba sorprendida, los dos parecían sorprendidos.
“Voy a romper el compromiso, despídete de tu trabajo en la oficina y no te molestes en volver al apartamento, ni siquiera pienses en llevarte el auto. Tienes hasta la medianoche para tomar tus cosas e irte,” él sabía muy bien lo que yo diría si lo descubría.
Él sabía muy bien que sin el apoyo de mi familia no tendría nada. Y a pesar de que mi cretino padre sabía lo que pasaba, elegiría a su hija que valdría más casándola con algún socio de negocios que con un pequeño gerente mantenido de mi familia.
“Edén, espera… yo,” él seguía sin ropa y así trato de tomar mi mano.
¡Qué desagradable! De repente sentí tanta repulsión, mis manos temblaban de lo horrible que este hombre aparecía ante mis ojos.
Antes, él era mi luz y ambición, quería formar una familia con él, pero creo que dependí demasiado en apoyarlo y quererlo que me cegué a la realidad. Si hubiera entendido los pequeños indicios, si solo lo hubiera visto antes.
Él tomó una almohada para cubrirse, pero seguía tratando de tocar mi mano, ¿por qué no podía irme y dejarlo con su pobre show? Tal vez, solo quería escuchar una explicación, o simplemente sentía que no había descargado suficiente furia.
“Te daré una segunda oportunidad, puedes seguir a esta mujer o puedes regresar conmigo y a tus privilegios, pero ella... se va de la empresa,” le dije con la voz más fría que podía mantener en ese momento.
Solo quería ver sufrir a la mujer y darle a entender que para él, lo más importante siempre sería su reputación, y su dinero. Igual que mi padre. Si no, ¿por qué había llegado tan lejos conmigo sin romper el compromiso?
“Yo…”
“¿Ethan?”
La pequeña voz y los ojos suplicantes de la mujer parecieron comprender todo, creo que ella ya lo sabía y de todos modos lo dejó pasar. ¿Qué esperaba de este hombre?
“Rose, yo… nosotros no podemos seguir…”
“¿Ya lo ves? Una simple secretaria, sin familia, sin posición, ¿crees que puedes competir con eso? No me hagas reír...”
Mi pequeña sonrisa solo hacía todo más patético.
“¡Edén!”
“Te espero en la ceremonia en dos horas,” me di la vuelta y lo dejé.
Mi cabeza daba vueltas y no podía enfocar bien. Estúpidas lágrimas, no tenían sentido en este momento, no tenían ningún sentido cuando él me eligió, ¿verdad?
Grité y pegué en el carro, tenía que sacar todo antes de la ceremonia o no podría continuar. Aún estaba aferrada a ese hombre, mi corazón destrozado aún sangraba por él. Por todos esos días y momentos que estuvimos juntos, las sonrisas, las carcajadas, los besos y caricias. Los días en que soñamos juntos una familia y las noches que caímos juntos en la cama después de ser felices.
¿Por qué? La pregunta me vino a la cabeza tantas veces y mi única respuesta, tan decepcionante como siempre, fue porque yo no era suficiente para él. ¿Dónde me había equivocado? ¿A dónde se había ido todo el amor?
Las siguientes horas no fueron tan trascendentes como podrían creer. Llegué a la casa y me bañé, me vestí, me maquillé y me arreglé para la fiesta, después mi madre subió a mi recámara y me dijo tantos cumplidos como dicta el manual de las madres ausentes. Después bajé las escaleras despacio, no tenía prisa, no tenía entusiasmo.
Ethan ya estaba recibiendo a los invitados vistiendo su traje de hipócrita. ¿Crees que te saldrás con la tuya? ¿Crees que no sé que me vas a engañar de nuevo?
La noche seguía adelante, el anuncio se hizo, las copas de vino y champaña se levantaron y brindamos por una larga vida feliz. Sin embargo, el número de bebidas en mi sistema solo podía aliviar momentáneamente el dolor que sentía mi pecho.
Salí de la casa rápido mientras el hombre seguía riendo y chocando copas con los demás. No lo dejaría así, no más. Después escuché la voz de mi padre, el hombre que había dejado que esto pasara, sus palabras hacia mi madre fueron muy claras. “Divorcio.”
Mi madre ni siquiera lloró, simplemente dijo que sí y que quería una gran suma de dinero y una casa en no sé donde. Mi cabeza ya me dolía lo suficiente para comprender lo que ocurría. Decidí salir, tomar mi coche y navegar por las calles hasta un parque donde solía ir cuando necesitaba estar sola.
Pensaba que era un lugar hermoso para ver la oscuridad y las estrellas. Sola.
Dejé mi coche en la otra acera y caminé para cruzar la calle. No necesitaba ver nada, no necesitaba más decepción. Quería estar sola.
Caminé despacio, sabía que en unas cuantas horas el mundo se enteraría… después de todo, me alejé de esa casa porque no quería enfrentarlos. Una nota para la prensa y todo el imperio de nuestra compañía se vendría abajo, fraude, chantaje, soborno, todo se desmoronaría para ese hombre, mi padre, y un compromiso roto para el que fue en otro momento, mi prometido.
Ya no tendría nada, ya no habría nada para mí en esa casa. Después, como si el destino sabría que mi vida estaba por terminar, se decidió que mi siguiente tirada en la ruleta me conduciría a la otra vida…
Dos luces y la cara de la mujer con la que me engaño mi prometido fueron mi último vistazo a este mundo.
Corro con todas mis fuerzas hacia la habitación de Caddie.Entro y ella me sonríe desde su posición.— ¡Cuánto quería verte! ¡Sé que estás enojado conmigo pero…!—comienza a decir y yo en dos zancadas estoy frente a ella, haciéndola callarse.Me observa asombrada y sin perder más tiempo, me inclino hacia ella, atrapando sus labios con los míos.Ella deja escapar un gemido, dándome el acceso al interior de su boca.Yo aprovecho la oportunidad y tomándola por el cuello, le como la boca como nunca antes se la había comido.Lamo, muerdo y saboreo sus labios hasta el cansancio.Su lengua traviesa sale a jugar con la mía y yo aprovecho su buena participación para convertir el beso en el más posesivo y caliente que he tenido en toda mi vida.Siento cómo Caddie se separa repentinamente, buscando aire de forma ruidosa.Mi3rda, estoy totalmente empalmado, pienso al sentir la tensión en mis pantalones a punto de explotar.De pronto, escucho un gemidito bajo.Abro los ojos, saliendo de la magia de
Siento cómo Jhyn se tensa y papá toma su mano.Veo cómo enlaza sus dedos con los de ella.—John, no creo... —comienza a negar ella.—Es hora de decir la verdad, todo esto ha sucedido por no solucionar las cosas a tiempo. —dice papá.Su actitud determinada me hace creer que ellos realmente tenían muchas razones para no decir esto; pero ahora ya todo salió a la luz gracias a Louise y su ataque de locura.Yo tomo aire y los miro a ambos con atención, antes de soltar la bomba que he estado ocultando.—Ya sé que Jared no es hijo de Louise. —admito y veo cómo sus rostros pasan de la confusión al entendimiento en cuestión de milisegundos.— ¡¿Cómo lo sabías?! —pregunta Jhyn rápidamente.Mi papá suelta una carcajada irónica y se desordena el cabello demostrándome su estrés.—¿Todo este tiempo estuvimos escondiéndonos y mintiendo para que al final simplemente supieras toda la verdad antes de que nosotros te dijéramos? —pregunta papá como si no se lo pudiera creer.—Yo antes no lo sabía, pero h
Mi primer instinto es agacharme o apartarme, pero el impacto de la bala en mi pecho me derriba, haciéndome perder el equilibrio.Todo ocurre tan rápido que ni siquiera término de registrar lo que sucede.De un segundo al otro, siento que estoy cayendo hacia atrás sin poder oponer resistencia, me parece que el golpe contra el suelo será inminente, pero Caleb aparece en mi campo de visión y termino recostada sobre él.Caigo sobre su pecho, con un pequeño impacto que me hace sentir sin aliento. Intento tomar aire o hablar, dando bocanadas bruscas, pero es imposible.Quiero al menos sentir que lleno de aire mis pulmones, pero no hay forma; como si tuviera la garganta cerrada.Caleb, al ver que me ahogo y tengo dificultad para respirar, sacar rápidamente su teléfono del bolsillo y comienza a marcar a emergencias.Veo cómo mi hermano forcejea con Louise y los chicos salen del bar en manada, gritando e intentando ayudar a Daniel.Thomas le arranca el arma de las manos a la madre de Caleb y
Oficialmente, saldré con mi hombre.Abro la puerta y atravieso el umbral, encontrándome con los rayos de un sol abrasador.Caleb ya bajó del auto y viene caminando a pasos lentos por la escalinata de la entrada del bar.Está usando una camisa a cuadros negros y rojos que hace que resalte su color de piel, el rubio de su cabello y el azul de sus ojos.Todo él luce perfecto y fresco.Agradezco a mi terquedad el haberme bañado… No importa si huelo a menta y pinos.Luce demasiado guapo hoy.Siempre está guapísimo, pero hoy me deja sin aliento, enloquezco de nada más pensar que todo eso fue mío ayer.Mío, mío, mío.Mi3rda, creo que me mojé las bragas con sólo verlo.Quiero lamer su…J0der, sí. Oficialmente mojé mis bragas de chica grande y embarazada.Es increíble lo mucho que puede hacerme sentir con sólo aparecer frente a mí.Al escuchar mis pasos levanta la mirada y me atrapa dándole un repaso como una necesitada.Que me j0dan… Mejor que él me j0da.Sí, lo estaba mirando ¿y qué? Es total
DANIEL Jamás había sentido tanta frustración como la que he sentido desde que llegué.¿Es acaso una broma todo esto?¿Cómo en la existencia pueden ser tan negligentes?Cuándo traje a Rachel a la clínica, pensé que estaba haciendo lo correcto.Pensé que estaba trayéndola a la mejor clínica de la ciudad.Creí que iba a estar segura.¡Qué tonto fui, qué error cometí!Tengo más de una hora esperando en el área de recepción a que el doctor encargado de la clínica me reciba.Mi amigo Jack está a mi lado.Y está bastante molesto.Se siente avergonzado por esta situación, pues dice que él fue quien me recomendó la clínica.Ya le expliqué en dos ocasiones que no pienso que sea su culpa.Alegó que él debió estar más al pendiente de Rachel, venir más seguido a verla.Y yo negué, diciéndole que entendía totalmente que él hubiese estado ocupado, porque tiene muchas cosas que hacer en su trabajo, si yo mismo había estado ocupado con las cosas de la mina y los documentos después de la muerte de pap
—Si, sobre eso qui-quiero hablar contigo.. Sobre algo que me tiene bastante p-preocupado. —admite suavemente y yo suspiro.—¿Qué sucedió ahora? y ¿Por qué no me habías contado antes? —pregunto rápidamente.—Porque lo más seguro es que no te guste el t-tema del que quiero hablar. —dice y yo suspiro. —Es q-q-que te quiero hablar acerca de Av-very. —agrega en un susurro.Avery.Otra vez Avery.— ¿Ahora qué pasó con Avery? —le pregunto sin poder ocultar mi enojo.¿No que esa chica era lo peor? ¿Por qué sigue hablándome de ella?Me temo que Jar está teniendo una clase de enamoramiento en negación.—Avery desapareció, Caddie. Desde antes de que Louise se fuera de la mansión. — me explica con voz clara, sin tatarmudeo.—No lo puedo creer…—digo sorprendida.¿No estaba trabajando en la mansión?¡Uno no desaparece de un trabajo así porque sí!—Así, sin m-más.—dice él. —N-no teníamos mucha c-comunicación… P-pero me parece ext-traño.—tartamudea, y puedo imaginármelo rascándose el cuello con nerv
Último capítulo