60. ¿Lo conoces?
A la mañana siguiente, Isla se despertó dolorida. Abrió y cerró los ojos un poco confundida, hasta que recordó que ya no se encontraba en el hospital, sino en el apartamento de Anthony.
¡Anthony!
Se movió demasiado rápido, como para recordar que dormía en el sillón y terminó cayendo al piso. Un gemido salió de su garganta por el golpe. Se levantó, viendo para todos lados, rogando para no tener público. Por suerte, estaba sola.
Sola.
Los ojos de Isla se encontraron con las bolsas sobre el sillón. Se acercó lentamente para investigar lo que había dentro. Se llevó una buena y bonita sorpresa al ver que había ropa, mucha ropa, dentro de cada una de ellas.
Esbozó una ligera sonrisa. Anthony realmente era alguien especial. Aunque no lo parecía a simple vista.
Tomó las bolsas y se fue a la habitación para vaciar el contenido sobre la cama. Escogió algo informal y cómodo, se dirigió a la ducha y quince minutos después, se sentía mucho mejor. Sin duda, no echaría en falta el o