Estela estaba agachada sumergida entre el computador y unos documentos, al escuchar abrir la puerta imaginó que era Angela
-Ángela me traes un té por favor-
Al no oír respuesta y los tacones de Angela moviéndose, alzo la mirada. Allí estaba Antonio de pie, serio y sin ninguna reacción
Estela no fue capaz de decir palabras, se quedó muda, paralizada con los papeles en la mano
-Creo que estás en mi puesto, vine a trabajar- dijo finalmente Antonio
Estela se puso de pie con dificultad y sin apartar la mirada de su hijo, se acercó y estiró una mano que tiritaba al rostro de Antonio. Allí le acarició la mejilla
Antonio seguía con su semblante frio y la miro con extrañeza, por muchos años Estela no había tenido un gesto de cariño por él.
Estela no aguantó más y lo abrazó con un llanto que explotó e inundó todo el despacho
-Hijo…- sollozaba
Antonio no la abrazaba, solo la miró un rato y finalmente la apartó. Estela se quedó mirando la frialdad de su hijo
Antonio se dirigió al escritorio, tomó