Alicia se tensó de inmediato. ¿Cómo había llegado hasta allí sin que ella lo notara? El golpe de sus palabras la hizo enderezar la espalda instintivamente. La figura de Dante estaba ahí, en la entrada de la cocina, con los brazos cruzados y la mirada fija en ella, desafiando la oscuridad.
— Alicia.