Mientras Alicia tenía las manos en su volante el teléfono suena, ya conoce aquel número, es más, ella lo asocia con el demonio, pero decide contestar aquella llamada.
— ¿Qué quieres? — su voz se escuchó un poco dura — ¿Estás siguiéndome?
— ¡No! — Su poderosa voz se escuchaba al otro lado de la lín