kiara engaño a Renato

Los chicos se encuentran en el bar, todos bebiendo cerveza y jugando pool muy divertidos, cuando llega Renato.

Todos sorprendidos preguntan qué raro que no estas con Aitiana.

— Porque tendría que estar con ella, responde, molesto.

— Porque siempre están juntos.

— Hoy me llamo Ignacio, se lo notaba preocupado, porque dice que no puede encontrar a Aitiana, yo lo sentía angustiado.

Antes de colgar me pidió si la veía que le pida que lo llame, decía Julieta. 

Renato prestó atención a lo que ella decía pero no comentó nada.

Todos comenzaron a  preocuparse por Aitiana, hasta que llegó Kiara y comenzaron a preguntarle a ella.

— Kiara y ya saben algo de Aitiana preguntan todos preocupados.

— Si chicos, seguro que debe estar con mi hermano, si últimamente están todo el tiempo juntos, es más yo creo que esos dos ocultan algo, yo vi a mi hermano salir varios días de la habitación de ella, dice eso mientras mira a Renato sonriendo.

Renato contiene las lágrimas y la impotencia que siente en estos momentos, se siente un idiota por creer en ella que en verdad lo amaba, pero ahora se da cuenta que ella no es más que una mentirosa.

Se toma la cerveza de un sorbo para bajar el nudo que siente en su garganta.

Se levanta y se va al baño a refrescarse, porque siente que su pecho va a estallar.

— Estás bien hermano, pregunta Joel su mejor amigo.

— Sí amigo, vamos que hoy me quiero divertir, le responde.

Joel al ver que él intenta salir del baño lo toma del brazo y lo detiene.

— A mi no me puedes mentir, yo te acompañe a elegir el anillo de compromiso, a mi me confesaste que se aman, que pasa ahora, le pregunta desconcertado y preocupado por él.

— Nada solo que ella lo eligió a él y conmigo jugó, pero seguro la vida se las va a cobrar, le dice mientras le palmea la espalda y luego sale del baño.

Joel lo sigue, mientras piensa que lo que dice Renato no concuerda con Aitiana.

Si a ambos se les notaba que estaban enamorados, solo con ver cómo se miraban se notaba amor entre ellos.

Kiara que también lo siguió y pensaba entrar en el baño, se detiene cuando ve entrar a Joel detrás de Renato.

— Maldito entrometido, dice susurrando kiara y luego se acerca a la puerta para oír de qué hablan y no le gusta, oír que Renato ama a Aitiana.

Furiosa se corre de la puerta y lo espera a Renato en el pasillo.

— ¡Renato! dice sorprendida cuando lo ve salir, venía a ver si estas bien, responde ocultando el malestar que siente cada vez que lo escucha a Renato decir que ama a Aitiana.

— Si estoy bien vamos que vine para divertirme.

Ella aprovecha y lo toma del brazo y no se movió de su lado en toda la noche.

Renato no dejó de beber aunque Joel le advirtió que parara, él siguió bebiendo.

En la Empresa Fortuna

— Ignacio creo que debemos ir a hacer la denuncia, no podemos esperar más, deben buscarla.

— Ya hable con sus amigas y ninguna la vio, con Renato no está y lo último era tu casa.

Yo no sé hermano dónde buscarla.

— No esperamos más,  vamos a hacer la denuncia.

—  Mariano, si llega a venir Aitiana a buscar sus pertenencias, no dejes que salga, la retienes y nos avisas, por favor que no salga.

— Disculpen que me entrometa, ¿pasa algo con la señorita Aitiana? 

— Si Mariano, no la encontramos desde hoy en la mañana que no sabemos nada de ella.

— Señor Ignacio, vaya al destacamento de la av lincoln y hablen con el teniente, el señor Muller, él es mi amigo, el los va a ayudar, yo ahora lo llamo y le aviso que van para allá.

— Gracias Mariano.

— Él y su gente van a dar con su paradero, estoy seguro.

— Hola Adolfo, ¿cómo estás? habla Mariano, cuando puedas llámame que necesito tu ayuda urgente.

— Hola Mariano, dime que sucede, para que vos me llames y a esta hora, es algo grave seguro.

— Hola si, es que la hija de mi jefe está  desaparecida, todas sus pertenencias están acá en la empresa y ella no, es algo raro, una joven no deja su cartera con sus documentos y su teléfono acá todo el día.

¿Estás ahí?  

— Si si te estoy escuchando.

— Mira yo los envié a la delegación para que hagan la denuncia y ustedes los puedan ayudar.

Me preocupa la señorita Aitiana.

— Está bien, yo los recibo, todavía estoy acá, hoy fue un día largo, nosotros recién llegamos del parque, que atacaron a una mujer.

— ¿Una chica jovencita? pregunta alarmado.

— No tranquilo, una mujer mayor.

— Bueno te dejo que me están buscando, seguro es tu jefe.

— Gracias amigo y manténme al tanto de lo que sucede.

— Si, luego hablamos.

— Jefe lo buscan, dicen que vienen de parte de Mariano.

— Si, que pasen, gracias, Delfina.

— Adelante, pasen por aquí, mucho gusto, yo soy el teniente Adolfo Muller.

— Encantado, yo soy Ignacio Lancaster.

— Un gusto Esteban Dupont.

— Necesitamos su ayuda, mi hija está desaparecida, desde hoy en la mañana que no sabemos nada de ella.

Todas sus pertenencias y su vehículo están en la empresa y ella no aparece.

— Bueno, desde que hora es que falta ella. 

— La última vez la vi hoy a las nueve de la mañana y no se encontraba bien, le pedí que se quedara en la oficina porque tenía una reunión importante y cuando terminó, ella ya no estaba.

— Bueno, como no pasaron las veinticuatro horas, no podemos hacer la denuncia, explicaba Muller y es interrumpido.

— Necesito que la busquen, le puede pasar algo, grita Ignacio.

— Tranquilo Ignacio, Esteban trata de calmarlo.

— Adolfo, necesitamos que la busquen porque ella está embarazada y tememos que le haya pasado algo. 

— Bueno, yo puedo poner a mi gente a buscarla, por Mariano los voy a ayudar, pero la denuncia formal hasta pasadas las veinticuatro horas de desaparecida la persona no la podemos hacer.

— Está bien, muchas gracias Afolfo, desde ya le agradecemos toda su colaboración y permítame dejarle nuestra tarjeta de la empresa y desde ya cuentan con nosotros para lo que necesiten.

— Constructora Fortuna, guau, el placer es todo mío, obviamente que será bienvenida la colaboración de ustedes.

Bueno en cuanto tengamos alguna novedad de ella les avisaremos. 

En el Bar

Renato está un poco alegre luego de beber con sus amigos y como era de esperar Kiara no lo soltó en toda la noche y se ofreció a llevarlo a su departamento.

Joel quiso impedirlo porque ya percibe las malas intenciones de ella y considera que su amigo no está en condiciones de decidir.

— Estoy bien Joel quedate tranquilo, mira que hermosura me lleva a casa, dice mientras se abraza con kiara.

Todos sus amigos los miraban sorprendidos. 

Al llegar al departamento kiara lo acompaña a su cuarto para ayudarlo a acostarse y en un momento Renato la besa y ella le responde el beso, que en segundo pasó a un muy apasionado beso.

 

 

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP