Aitiana desapareció

No podia creer las palabras tan crueles que Renato le gritaba.

Sonaban una y otra vez en su cabeza y la  atormentaban.

Ella sale de la oficina en un descuido de la secretaria que fue a entregar un documento importante.

Estaba tan aturdida que caminó sin rumbo hasta que su vista se oscureció y se desvaneció.

Varias personas corrieron a socorrerla.

Llamaron una ambulancia y la trasladaron al hospital.

Al llegar al mismo,como no tenía identificación, nadie sabía quién era.  

Tendida inconsciente en la cama del hospital, solo susurraba dos palabras, que los médicos no lograban comprender …mi bebe…repetía.

Cuando los médicos  entendieron lo que susurraba, se preocupan en averiguar si estaba  embarazada  y como se encontraba su bebé.

Finalizada la reunión, Esteban fue el primero en salir y llegar a su oficina.

Cuando abre la puerta Aitiana ya no estaba.

Toma su teléfono y marca para hablar con ella y una melodía comienza a sonar en la oficina.

Esteban levanta la vista para encontrar su bolso y dentro del mismo su celular.

Ahí se da cuenta que ella dejó sus pertenencias,él piensa que seguro está en la empresa.

Espera porque sabe que ella regresará por sus pertenencias.

Todos salen de la oficina y se van a sus hogares, cada uno perdido en sus pensamientos.

Esteban está ansioso por hablar con Renato.

Ignacio se apresura para poder hablar con Aitiana.

El llega a su hogar y la busca en su habitación, pero ella no está.

Intranquilo la llama por teléfono, pero su bolso se encuentra en la oficina de Esteban.

Al no poder comunicarse con Aitiana, Ignacio decide llamar a Renato pensando que se encontraba con él, pero Renato al ver el identificador decide no atender.

Renato estaba de muy mal humor y no se sentía en condiciones para trabajar, entonces decidió tomarse el día y reflexionar qué hacer con su vida a partir de ahora.

Se encontraba recostado en su cama y su teléfono no paraba de sonar.

Cansado decide terminar con esto y atiende de mala gana.

— Hola, respondió serio.

— Renato, hijo Aitiana está ahí contigo, pregunta Ignacio desesperado.

— No, acá no está, responde despreocupado.

— Bueno, si llega a llamarte, por favor dile que me llame, que estoy muy preocupado por ella.

— Está bien, sin decir nada más, finaliza la llamada.

Reflexiona un segundo y si algo le sucedió, pero  luego recuerda y decide no preocuparse más por ella. Se toma una ducha para calmarse y salir con sus amigos.

Ignacio sigue llamando a Aitiana y no la encuentra, desesperado llama a Esteban.

— Hola, Esteban, Aitiana se encuentra en tu casa, pregunta ansioso.

— No ¿por qué?, ¿qué sucede?

— No la puedo localizar y no me responde las llamadas.

Ahí reflexiona Esteban que hoy él también la llamó y ella no respondió, porque su bolso se encontraba en su despacho.

— Espera un minuto que te vuelvo a llamar y le corta la llamada.

Ignacio se queda mirando el teléfono sorprendido y luego sale de la habitación y va a buscar a Kiara.

— Kiara, grita y ella justo salía de su habitación y se sorprende al verlo tan alterado.

— ¿Qué pasa papá? Porque estás gritando, ella lo mira seria.

— Viste hoy a tu hermana.

— Ignacio que son esos gritos, pregunta Irma molesta.

— Has hablado con Aitiana hoy, porque yo no la puedo encontrar por ningún lado.

Kiara en su interior se pone feliz, agradecería si su hermana desapareciera de este mundo, así tiene el camino libre para llegar a Renato.

— La verdad que no papá, hoy no la vi.

— Si la ven me avisan,

Ignacio se va a su despacho y de un portazo cierra su puerta y resonó en toda la mansión.

Luego comienza a llamar a todas las amigas de Aitiana, porque ya es muy tarde, ella no aparece y él está muy preocupado. 

— Mamá qué le sucede a Ignacio, porque está así de ese humor y donde está ella.

— Ay mi amor, tú siempre estás saliendo y casi ni estás en casa, entonces cómo te vas a enterar de las novedades de la familia.

Vamos a tu cuarto, así podemos hablar más tranquilas,  la toma del brazo y ambas se van hacia la habitación de Kiara.

Hoy en la mañana mientras salíamos de nuestro cuarto,  para bajar a desayunar, nos cruzamos a tu hermano desnudo, envuelto en una sábana saliendo de la habitación de Aitiana, relata sonriente.

— ¿Qué? y ¿qué pasó entre ellos? 

— Ay mi amor, ya sabes lo que pasó o necesitas que mamá te lo explique, Irma sonríe feliz.

Tu hermano se está asegurando de tener esta fortuna.

— Es verdad eso que me cuentas mamá, no me estas mintiendo.

— Hija, cómo voy a bromear con algo así.

Ahora que tu hermano se asegure de tener a Aitiana, a vos mi amor te queda el camino libre para conquistar a Renato, así ambos están muy bien acomodados para el futuro.

Kiara feliz abraza a su madre y está por decir algo cuando Irma la interrumpe.

Bueno ahora disimula un poco esa felicidad.

Yo voy al estudio a ver a Ignacio que está muy preocupado por esa malcriada de Aitiana, que seguro debe estar haciendo un drama en la casa de su madrina.

— Bueno mamá ahora vete me tengo que  preparar, hoy Renato no se me va a escapar.

Pusieron en el grupo que nos juntamos en el bar para jugar pool.

Así que yo me tengo que cambiar, tengo que verme muy bonita esta noche.

Irma se va al estudio y Kiara se comienza a arreglar para encontrarse con Renato.

— Hola Mariano necesito pedirte un favor.

— Si señor Esteban lo que necesite.

— Puedes ir a mi despacho y mirar si sobre el sillón quedó un bolso color plateado.

— Si señor ya voy y si lo veo ¿lo llamo?

— No por favor no cortes, yo te espero en línea.

— Está bien.

Señor Esteban, sí el bolso está aquí.

— Bueno, bajalo y déjalo en la entrada que yo ya voy para la empresa.

A Mariano otra cosa más, sabes si en el estacionamiento está el auto de Aitiana.

— Si señor, el auto está aquí. 

— Si Aitiana llega a pasar por la empresa, la retenes ahí y me llamas.

Igual yo ya salgo para allá.

— Ignacio ¿estás en tu casa? 

— Si.

— Bueno esperame ahi que paso por ti.

— Espera Esteban, no puedo ir a ningún lugar, estoy tratando de ubicar a Aitiana, estoy muy preocupado, hoy no la vi bien.

— Lo sé, por eso te paso a buscar.

— ¿Sabes dónde está Aitiana?

— No, pero ahora hablamos, ya pasó por ti.

Ambos llegan a la empresa y retiran el bolso y se van hasta el auto en búsqueda de algo que los pueda ayudar a encontrarla.

Como todas las pertenencias de ella y su coche están en la empresa sospechan que algo le pasó y deciden ir a la policía a denunciar que Aitiana desapareció.

 

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