Joel, con temor a lo que pueda oír, casi en un susurro, preguntó - ¿Cómo está Renato? Porque yo hoy vi su auto y está destrozado, incendiado, no es más que una pila de chatarra y no se dio cuenta de lo mal que se sentía Soledad ante su descripción.
Perdón, Soledad, no fue mi intención ponerte así.
- No, está bien, Joel, el auto es lo que menos me importa en este momento, solo la vida de Renato y la de mi nieto me preocupan e interesan, nada más.
Llegan al piso de terapia y Joel baja con ellos para oír el parte médico y ver si lo dejan pasar y ver a Renato unos minutos.
Llegan y ya están dando los partes médicos de los pacientes de terapia intensiva, cuando termina, el médico se acerca a ellos.
- Soledad, Esteban, tengo buenas noticias. Renato está evolucionando muy bien y si sigue de este modo, ya te puedo decir que está fuera de peligro.
Esteban y Soledad se abrazan. Soledad llora de la emoción, siente un alivio enorme al saber que su único tesoro, no corre riesgo su vida.
- Yo sabía,