Ignacio, sabes, debo comentarte algo.
- Sí, ¿qué pasa? Dime, ¿te sucede algo? ¿Por qué estás dando tantas vueltas para hablar, ya dilo de una vez, que me pones nervioso?
Esteban duda un segundo, luego respira hondo y decide hablar - Sabes una cosa, yo quiero averiguar quién fue el que provocó el accidente de Marita y quiero que pague por lo que hizo, se lo debo a ella, a Soledad y a Aitiana.
Si tú no quieres averiguarlo, ¿por qué te hace mal el recuerdo? Yo te entiendo, pero no te molestes conmigo, yo, si quiero averiguar y hacer justicia, y ojo que te entiendo, a mí aún me duele, y no me quiero imaginar a vos.
- Es muy duro Esteban, no te puedo explicar, se te termina la vida, se acaba el mundo, te falta el aire, hasta se dificulta respirar y no tienes las fuerzas para seguir, pero cuando tienes una criatura, una hija, a quien cuidar, la cual solo depende de ti, debes sacar fuerzas donde no las tienes y seguir y darle para adelante, aunque ya no quieras vivir, pero esa niña solo tie