Renato mientras abraza a Kiara, mira cómo Aitiana se va y se derrumba en brazos de Elian.
Perdido viendo a Aitiana, no se dio cuenta que Melek también se retira derrotada.
— Felicidades Hijos, que alegría que me das Renato, soy tan feliz, mientras los abraza a ambos.
Renato comienza a sentirse un poco incómodo con su abrazo, pero si acepta a Kiara debe aceptar a su madre.
Todos se acercan a saludarlos y felicitarlos.
— Amor, puede calmarte un poco, no te puedes ir, es la fiesta de nuestro hijo.
— Esteban, estás jugando conmigo ¿De que fiesta me hablas?
Esto es una payasada lo que está haciendo tu hijo, te juro que nunca sentí tanta impotencia como la que siento en estos momentos, jamás tuve tantas ganas de golpearlo, pero hoy no resiste, te juro Esteban, tengo ganas de abofetearle la cara y desquitarme la ira que siento.
Se oye que golpean la puerta.
— ¿Quién es?
— Soy yo, señor.
— Mary pasa, gracias siempre tan atenta tú.
— Soledad, le traje un té tómelo, así se calma un poco esa an