Otra vez Renato cae en la trampa de Elian.
— Deja mamá, yo me encargo, dice Elian bajando las escaleras.
Ven Renato vamos a hablar en el jardín.
Necesito que hablemos de hombre a hombre.
Renato lo mira, está dudando — Yo no necesito hablar nada contigo, yo vine a ver a Aitiana y luego me retiro.
— Porque te tengo que permitir ver a mi novia, no te parece un descaro de tu parte.
— Tu novia, desde cuando Aitiana es tu novia, si hace un año que es mi novia.
— ¿Y porque nadie lo sabe?
— Eso es algo que a ti no te incumbe, son problemas nuestros.
— Sabes porque nadie lo sabe, porque Aitiana no estaba segura y por eso no quería decirlo.
— Eso, no es verdad, mira no tengo tiempo que perder y no tengo ganas de discutir contigo.
Renato se gira, está por entrar en la casa.
Y Elian lo toma del brazo.
— Suéltame, él le corre el brazo de mala manera.
Lo quiero escuchar de la boca de ella todo esto y no de tu boca.
— Ella ahora debe descansar, tiene que estar tranquila y como es mi novia y mi hijo los que están en peligro, no te voy a perm