Bajan de la mano felices para contar la noticia, que ya tienen la fecha de la boda. Durante el almuerzo, Elian pide que levanten las copas.
- Familia, tememos algo muy importante que contarles. Este viernes nos casamos con Aitiana.
- ¡Qué dices, Elian! Ustedes están locos, esto es una locura, están actuando sin pensar, ni medir las consecuencias. Esto es absurdo, es una locura. De ninguna manera voy a permitir una locura como esta, un matrimonio no es algo para decidir así tan apresurado.
- ¿Por qué papá, te niegas? - dice Aitiana entre lágrimas.
- Ignacio, ¿te puedes calmar y dejar de gritar que, en este estado, te puede suceder algo?
- ¿Qué pasa, papá? No estás de acuerdo con que nosotros formalicemos nuestra relación.
- No, me parece una locura, todo así tan apresurado y creo que Aitiana, no está pensando bien las cosas y eso me preocupa.
- No, papá, estás equivocado, yo ya pensé bien lo que hago y creo que es lo mejor para mi hijo y para mí - dice tratando de ocultar todo el dolor