*Cuatro semanas después.*
Desperté en nuestra habitación, rodeada por los brazos de mi bello prometido.
Me sentía algo ansiosa debido a las apariciones más frecuentes de Caio en mi día a día, atormentando mi existencia; no sé lo que planea, pero sea lo que sea, se está metiendo debajo de mi piel y no me gusta en lo absoluto.
Y a todo esto le debo agregar también la nueva noticia, que me tiene ansiosa por igual y creo que hasta peor.
Me levanto de la cama con cuidado, dirigiéndome al baño.
Al estar dentro, renuevo mi ropa sin problema y abro la ducha, metiéndome bajo el agua caliente. Al sentirla caer sobre mi piel, esta relaja cada músculo de mi cuerpo, haciéndome sentir descansada y menos ansiosa