No estaba nada mal lo del retiro para la desintoxicación. No he meditado ni un carajo, al contrario, desde anoche cuando esperaba el cambio del auto alquilado, mis encantos capturaron a una linda recepcionista, la cual decidió atender de manera personal a un huésped. Y sí que me atendió.
Era la hora del almuerzo y luego debíamos ingresar a exponer nuestros problemas. Tenía que pensar en inventarme una historia. En todos estos siete años desde que se fundó la nueva agencia y la fachada en la cual trabajamos para hacer los verdaderos trabajos nunca nos habían tocado cuidar a mujeres por tanto tiempo.
En la mañana, cuando salí a trotar, mientras la mujer que amaneció en la cama seguía dormida, al despertar y no verme espero comprenda. No suelo hacerlo despedirme de nadie. Salí a hacer ejercicios luego de verificar que la gordita siguiera en su habitación; la cual quedaba a dos cuartos del mío.
Hice mucho ejercicio, me uní a los instructores y fueron casi cuatro horas. En los intervalos