CAPITULO 28
Ezra Lennox
No puedo sacar de mi cabeza la imagen de Blair volando por los aires, su cuerpo cayendo sobre el duro asfalto con su pierna derecha en una posición antinatural y mucho menos puedo borrar la imagen del charco de sangre que se fue formando alrededor de su cuerpo y cabeza. Quiero dejar de escuchar los gritos de su amiga y los míos. Necesito borrar de mi cerebro el sonido de las sirenas policiacas y la ambulancia que vino a los pocos minutos en auxilio de mi esposa, pero no puedo.
— ¡Todo esto es tu mald1ta culpa!
Siento que alguien me golpea en el pecho repetidas veces, pero mis cuerpo se ha vuelto frio. Mis manos no responden en defensa y mis ojos no pueden ver más allá que la imagen de Blair siendo atropellada frente a nuestro edificio.
— ¡Si tu no hubieras aparecido en su vida, ella estaría bien y siendo feliz! —golpes siguen llegando, pero pierden fuerza al ver que no hay reacción de mi parte; enfoco mis ojos y me doy cuenta que se trata de la amiga de Bla