Dolores se dio la vuelta y tuvo que contener las lágrimas que punzaban por brotar cuando él no la miraba, Nicolás no sabía si sentir compasión o suspirar tan profundo que tal vez se mostraban disgustos, respiro hondo con los dientes apretados.
_ ¡Miradme por favor mi lady!
Espero a que se hubiera vuelto por completo. Antes de hablar su voz era baja, pero firme y no pudo detectar ni piedad ni repulsa, por lo cual estuvo eternamente agradecida
_ Dolores no me habría dado cuenta!
_ De qué?
Le preguntó dolores, humedeciéndose los labios resecos y aguantándose las lágrimas que brotaban por salir.
_ ¡De qué estabas así!
_ Creí que me habías visto, que sabías lo peor aquella primera noche cuando me bañaba en la tina?!
_ Solo fue un instante en la oscuridad, describí las marcas de un látigo, pero no tenía ni idea de esto, todo esto fue en la priora de Santa Marta?!
_ Sí, cada uno representaba una marca de la sagrada obediencia, la cual no me aceptaba!
_ Y esto?
Preguntó mirando las cicatrices