El mundo de Elizabeth se derrumbó cuando aquel hombre ofreció una gran suma de dinero por ella. No sabía quién era, pero inmediatamente pensó lo peor. Imaginó que era un pervertido o un viejo verde con malas intenciones. En un lugar como ese, solo podía haber perversión y nadie estaba exento de ser mala persona.
Su corazón comenzó a latir rápido y le costaba respirar. Sentía que le faltaba el aire y se sentía perdida en la oscuridad. La idea de tener que fingir que había elegido participar en esa subasta para no ser castigada la aterraba. Prefería permanecer viva y tener la esperanza de recuperar su vida.Después de los aplausos, el hombre anunció el final de la subasta y se refirió a las chicas como objetos. Un hombre la tomó del brazo y la llevó detrás del escenario. No podía ver nada y se sentía más asustada por no saber qué pasaría a continuación.Cuando le quitaron la venda de los ojos, pudo ver que Anastasia estaba frente a ella. La mujer mantenía un