Capítulo 4

En el refugio de mi casa, encontré a Luke sentado solo en el sofá. Caminando con pesadumbre me eché a su lado. Apenas estuve sentada, me tomó de las piernas echándome al frío suelo. Chillé debido al dolor que estaba teniendo en estos momentos.

--- ¿¡Que te pasa?!

--- Estas sudada y hueles a perro mojado, ve a ducharte primero mocosa.--- Ordenó.

Gruñendo me subí a hacer lo propio. Me estaba dando consejos a mí, cuando él ha hecho cosas peores en ese bendito y usado sofá.

Cuando terminé baje a cenar y luego de una larga charla me fui a dormir. Mañana será otro día. Espero que sea más tranquila que esta.

Me desperté antes que el despertador sonara. Luego de espabilarme por completo, me doy una ducha recordando lo que pasó el día anterior.

¿Cómo actuaría después del beso que me había dado con Zach?

Claramente, tenía que poner unas barreras entre nosotros pero era imposible cuando estos sentimientos me abrazaban con más fuerza. Estoy echa un lío, un gran lío. Delineo mis labios recordando la intensidad. ¡No, no puedo hacerle esto a mi mejor amiga!

Bajé a desayunar debido a los insistentes llamados de Luke.

--- ¡Hasta que por fin te dignas en bajar! --- Exclamó con un suspiro.

--- Eres exasperante, ¿Lo sabias?

Me serví el café con unas medialunas. Luke estaba más inquieto de lo normal, estaba segura de que tenía algo que decirme.

--- ¿Que te traes Luke? Suéltalo.

Con un hondo suspiro, se sentó observándome fijamente.--- Tengo dos noticias, una buena y otra mala. ¿Cuál te gustaría escuchar primero?

Torcí los labios.--- Sólo desembucha, al fin y al cabo lo sabré.

--- Okay, la buena es que ¡Pasaras mucho tiempo con tu amor platónico! --- Agitó las manos al costado de su cabeza.

Solté una mueca.--- ¿Esa es la mala?

Rodó los ojos.--- La mala es que, viajaré por dos meses en Australia.

Mis ojos se abren al par.--- ¿Qué? Dos-dos meses.--- Dije desconcertada.

--- Lo sé nena, ¿Acaso no te alegra pasar dos meses con Zach?

Aunque la idea me gustaba, luego de lo que pasó ayer no me apetecía estar a solas con él.

--- No me agrada más pasar dos meses sin verte.--- Confesé aunque en parte no era solamente eso.

--- Necesitamos el dinero, era una gran oportunidad que no pude resistirme.

Asentí y luego de terminar de desayunar me llevó nuevamente al instituto.

En el camino, lejos de pensar en lo que me dijo Luke, estuve pensando en cómo enfrentaría a Zach y Valerie. No podía evitarlos porque si, y tampoco podía hacer como si nada hubiera pasado. ¡Esto era demasiado complicado! ¿¡Porque tuviste que joderla Zach!?.

Bajé del auto y me dirigí a mi clase directamente evitando encontrarme con los tórtolos. En el proceso de mi huida, nuevamente esa sensación de que alguien estuviera observándome me invade. Volteé el rostro y me encuentro con la sorpresa de que el chico de ojos oscuros me miraba fijamente recostado por la pared. Había cruzado frente a él y ni siquiera me había percatado de su presencia.

Con las mejillas rojas, me adentré en la clase encontrándola vacía.

Genial.

Me senté al último y con mis auriculares puestos, esperé a que todos llegaran.

Alguien me quita un lado del auricular y asustada levanté la cabeza del escritorio. Ya todos estaban presentes haciendo barullo, algo que no había notado. Busqué a quien se encontraba a mi lado y unos orbes azules me miran de una manera inexplicable. Estábamos en una situación extraña que era mejor no tocar.

--- Hola.

Saludó con su típica sonrisa. Si el juego consistiría en ignorar lo que pasó, estoy más que dispuesta en jugarla.

--- Hola. Me quedé dormida nuevamente.

--- He notado.--- Juguetea con el pupitre antes de volver a mirarme. --- Tenemos que hablar de lo que pasó ayer Zoe.

Suspiré y queriendo zanjar el tema, decidí que lo propio era olvidarlo. Hacer como si nada, si queríamos seguir siendo amigos. ¡Y claramente quería seguir siendo su amiga!

--- ¿Ayer? No pasó nada, es mejor así Zach.

Suspiró con alivio.--- Si, es mucho mejor. No quiero que nada cambie entre nosotros. --- Se mordió el labio. ---Fue error mío, me dejé llevar por los celos o simplemente fue el momento. No lo sé. Eres y siempre serás mi mejor amiga.

Aush. Aunque las cosas debían de ser así, me dolía saber que nunca saldría de esa zona llamada amistad. Aunque sabía que era imposible, una pequeña pero pequeña parte de mí tenía la esperanza que Valerie encuentre alguien mejor y me dejara a Zach para mí. Aunque sería algo imposible.

--- Evitemos el tema. ¿Entendido?

Asintió regalándome una de esas miradas matadoras que solo tenía guardado para las chicas. Lo sabía debido a que frente a mí, ha ligado con otras chicas. En mi defensa, hacía mal en ocultarle a Valerie esas informaciones pero era un lío más para mí porque Zach me lo hacía jurar bajo la potestad de la amistad que llevamos desde niños. El jura y jura que solo eran diversiones pero no me parecía correcto y de un tiempo a otro, dejé de ver las situaciones parecidas a ello. Era mejor no saberlo a hacerlo y callarlo.

El profesor llegó por lo que me salvó de esta situación incómoda.

--- ¿Cómo les fue en la clase de idioma? --- Preguntó Valerie.

--- Como todas, aburridas. --- Comenté con tono desinteresado. Apreté más el libro sobre mi pecho recordando lo patética que fui al ponerme en alerta con cada movimiento de Zach, parecía un tomate con todas las veces que había pedido disculpas.

--- Es verdad. --- Concordó Zach, mirándome de reojo. Tenía una sonrisa traviesa en sus labios. Gilipollas.

--- Pues, física no es la materia por la que daría mi vida pero no me fue tan mal. El profesor fue muy simpático. ---Comentó Valerie mientras ingresábamos en la cafetería.

Zach la molesta con su profesor mientras yo escaneo la larga fila que iba a la despensa.

--- Chicos, los espero en la mesa. Paso de comer hoy.

Ser paciente no era lo mío.

---No te preocupes Zoe, te hago el favor. --- Informó Vale.

Asentí agradeciéndoles. Busqué una mesa libre, me senté en una casi en medio. Me recosté buscando una posición más cómoda y cuando alce la mirada me encontré con el nuevo mirándome nuevamente. ¿Porque me miraba tanto y no me hablaba? No pude evitar seguirle el juego y comenzamos una guerra de miradas que no entendía por qué. Ciertamente, no creía que el chico se fijara en mí, tal vez le recuerdo a alguien especial. No pude más y aparté la mirada nuevamente a mis manos. Estaba nerviosa y aunque me hacía ilusiones falsas, era divertido e intrigante. Cuando volví a mirarlo, ya no se encontraba en el lugar. Suspiré de alivio, no podría masticar siquiera con el chico mirándome.

--- ¿Te encuentras bien?

Preguntó Zach cuando llegaron a la mesa. Asentí tratando de sonreír.

--- Parece que hubieras visto un fantasma. --- Comentó Valerie entregándome la bandeja.

--- No es nada, solo necesito ir al baño. Vuelvo enseguida.

Huí, prácticamente, de la cafetería dirigiéndome al sanitario. No entiendo porque el chico con una mirada me afectaba tanto. Ciertamente, no estaba acostumbrada a este tipo de atenciones que una pizca de ellas me superaban.

Al llegar, encuentro al misterioso chico hablando por teléfono. Se encontraba de espaldas a mí, apenas podía oír lo que decía. Una chispa de curiosidad me invade por lo que me recosté por la pared y agudizo el oído.

--- Si... Es más complicado de lo que parece. --- Escucha a la voz del otro lado y luego vuelve a responder. --- Apenas y me dejan acercarme a ella. ¿Estás loca? Déjame hacer mi trabajo. --- Vuelve a escuchar y con sus dedos en la sien. ---Sé lo que hago... ¡Co** no sabe quién soy!... Si, mantenla lejos de mí...

Se gira pillándome de sorpresa. Estaba con el rostro enfurecido, no era el típico semblante sin emociones. Aun así, me parecía atractivo. La sangre me sube a las mejillas y la vergüenza se apodera de mí.

Sus ojos no dejan de mirarme mientras se acerca seguro a mí con el teléfono en el oído.

--- Te llamo después. Adiós.

Se quedó muy cerca de mí, quise moverme pero no pude, pareciera que todo mi cuerpo se quedara idiotizada por su presencia. Analiza mi rostro y tras unos segundos después, me rodea alejándose de mí.

Solté la respiración que hasta ahora caí en cuenta que no lo hacía. Observé la magnífica espalda de aquel chico, pareciera hacer ejercicios, se movía de una manera segura e intimidante. El hombre producía en mi algo extraño, un sentimiento nuevo, un sentimiento difícil de explicar. Despierta todos los sentidos que creí haber apagado. Sea lo que sea, no debo sentirlo.

El timbre sonó indicando la continuidad de las clases. Suspirando y olvidando a lo que había venido, me dirigí a mí salón.

Llegué a casa poco más de la hora. Quedamos con mis amigos a merendar muy cerca de mi casa por lo que decidí llegar hasta allá a trote ligero y tranquilo. Cualquier excusa para correr era válida.

Apenas divisé el local, aminoré la marcha ingresando por las grandes puertas. Dentro el aroma a café me recibe con gracia. Suspiré y tras divisar a Zach me acerqué a su mesa.

--- Hola, ¿Y Valerie?

Zach movía el pie de una manera rápida, algo que indicaba que estaba nervioso u ocultaba algo.

--- Hola Zoe, tuvo una emergencia.

Asentí y me senté esperando a alguna mesera.

--- Entonces, ¿Solo seremos tú y yo?

--- Y con eso me basta. --- Mencionó Zach muy por lo bajini que logré escucharlo. --- Zoe, debemos hablar de lo que pasó el otro día.

Torcí los labios en un intento de calmar mis nervios.--- ¿Qué no habíamos hablado ya?

---No como quiero hablarlo..

Fue interrumpido por un mesero. --- Buenas tardes. Soy Iván el encargado de su mesa, ¿Puedo tomar sus órdenes?.

Asentimos y pedimos un café para ambos. Olvidamos el tema mientras esperamos el café. El chico volvió a nuestra mesa con nuestras órdenes, le agradecí con una sonrisa amable la cual me respondió de la misma manera. 

--- Deja de hacer eso. 

--- ¿Hacer qué?--- Pregunté confundida. Comencé a merendar esperando a que se explicara.

--- Coquetear con el chico.

Casi me atraganto con las magdalenas. ¿En serio está diciéndome eso?

--- ¿Porque? Y lo más importante. ¿Por qué debo de escucharte? Estoy soltera, puedo hacer lo que quiera.--- Observé al chico, era muy guapo.--- Puede que sea mi alma gemela.

--- Tal vez, pero pareces muy guarra al hacer eso. Deberías comportarte como una dama.

Mis ojos se abren al par debido a lo que menciona. ¡No podía creer que estaba diciendo aquello en serio! Y lo peor de todo es que no tenía pinta de que iba a arrepentirse.

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