Zaid llegó al momento en que iba a preguntar qué se supone que eran pero supongo que esa es una señal de que no debía de hacerlo.
-- Hola -- Salude a todos en el auto antes de darle a Seth un beso en la mejilla.
Todos me devolvieron el saludo y se centraron nuevamente en sus conversaciones, en parte me alegraba porque tenía mi momento con Seth.
-- No creas que saldrás de ésta. -- Me susurra Seth en el oído.
-- ¿De que? -- Pregunto confusa.
-- Me debes un beso.-- Dice nervioso. -- Sólo me has dado en la mejilla.-- Refunfuña.
Aprieto los labios para no soltar una carcajada, me encanta que Seth no ignore esos pequeños detalles, me encanta saber que los necesita tanto como yo los suyos.
-- Pues, creo que saldré y lo sabes. -- Le susurro al oído.
-- No lo creo. -- Espeta rodeándome por los hombros, hundo mi cabeza en su cuello y aspiro su aroma. Amo estar aquí, amo estar en sus brazos. Sobre todo, lo amo a pesar de que sea sólo yo quien sienta esto.
Llevábamos mitad de camino, en t