CAPÍTULO 6
PERFUME DE OTRA MUJER
Para Milenka, la mañana fue un vaivén de emociones, entre la tranquilidad y la euforia. Era la primera vez en toda su vida que dormía hasta media mañana, en el convento siempre a las seis de la mañana ya estaba lista para la primera misa del día.
En cualquier momento tendría que volver a la escuela, Itzam lo había dejado claro; pero mientras llegaba ese día, ella estaba decidida a disfrutar del ocio al máximo.
La euforia se hacía presente cada vez que caía en cuenta de dónde se encontraba y con quién, el hombre con el que había soñado desde que tenía 13 años, por el que suspiraba y estaba convencida de que era el amor de su vida, futuro esposo y padre de sus hijos. No podía con tanta felicidad.
Aprovechó que Itzam no estaba