— ¿A qué hora llegaste? — preguntó Milenka a Itzam, este se encontraba bebiendo café en la cocina mientras revisaba su tablet, como lo hacía todas las mañanas.
— Tarde — respondió él sin más detalle.
— ¡Ahh! — se quejó Milenka al incorporarse del sofá.
— ¿Estás bien? — preguntó Itzam con un tono natural.
— Si, solo un poco adolorida, este sillón no es tan cómodo como parece — respondió mientras estiraba su cuerpo.
Después de que Noah la dejo en el departamento, no podía dormir, tenía demasiadas dudas, la actitud de Itzam y la información que Noah reveló no coincidían; pero como ella siempre elegía lo más conveniente para sí misma, Milenka decidió confiar en lo que Noah l