— Pudimos venir nosotras solas al baño — le reclamó Ramona a Itzam mientras esperaba fuera del sanitario a Milenka.
— No confío en ti — dijo sin inmutarse él.
— Al parecer no confías en nadie — se mofó Ramona — ¿Qué?, ¿tienes miedo de que tus amigos te hagan lo mismo que tantas veces les has hecho tú? — inquirió a su prima.
— ¿Por qué lo hiciste?, ¿por qué la trajiste?
— Porque es muy extraño que no quieras que nadie se acerque a ella.
— Te advertí que no la metieras en tus malditos juegos, no tengo nada que probarles a ti ni a nadie, por increíble que les parezca, ella está a mi lado y la quiero solo para mí… no dejaré que la corrompas con tu porquería — hasta el propio Itzam se sorprendió con sus