Narrador Omnisciente
— ¡Oh! si nena, así, así, así nena. — Le gritaba Axel, mientras acompañaba su frenético e insaciable golpe de lujuria.
Axel, desesperado por tanto placer obtenido, no logró contener más su liberación. Eileen, ansiosa porque la hicieran olvidar, continuó moviéndose y exigiendo en un ataque de decepción.
— ¡No, no, no, continúa cielo! — le decía.
Ella, quería olvidar, olvidar todo y no lograba sacarse esa terrible imagen de su mente. Axel, dándose cuenta de su necesidad, buscó la forma de complacerla, salió de ella, sacó su condón lanzándolo al aire hecho u nudo y luego sediento se lanzó al sexo de su mujer y con lengua devoradora se apoderó de su vagina, las ganas del hombre por esa mujer eran insaciables, se volvía cada vez más sediento, su clítoris era nada en la lengua de Axel, su vagina se volvía agua con la lengua que la copulaba, de una forma que la hacía retorcerse.
En su vida Axel, había escuchado algo más hermoso que los gritos de su mujer, gritos lle