El CEO Ferreira, había estado preocupado, bien lo habían podido secuestrar, o herir, y su madre lo culparía a él por no estar al pendiente de sus hijo mayor
— Papá, ¿qué haces despierto tan temprano? que susto me diste — Drago, se llevó la mano al pecho
— No evadas mi pregunta jovencito, me tenías preocupado, ¿sabes lo que sufriría tu madre si algo te pasa? — El CEO amaba a su esposa tanto, que no quería que ninguna pena la afligiera
— Lo siento por no avisar que pasaría la noche afuera, no pensé que te darías cuenta de que no llegué a dormir, justo está noche estabas cotilleando, papá
— ¿Qué..? ¿cotilleando? estaba por aquí de casualidad, además ¿qué te pasó? vienes muy desaliñado, ¿qué estuviste haciendo?
— Fuí... a beber con unos amigos
— ¿Tienes amigos? ¿quienes? — siendo tan huraño y malhumorado, el CEO sabía que su hijo no tenía amigos
— Con Bernardo, mi asistente, fuimos a... beber para festejar el cierre de un contrato
— ¿Tú... festejas?
—¡Cielos, papá! ¿p