El CEO, tenía que actuar rápido, poner a salvo a sus dos tesoros del animal, acostó a Dariana, en la cama sin perder de vista al peligroso escorpión, y pidió al niño
— ¡Daniel Alejandro, ven acá, sostente de mi pierna y no te sueltes! ¡¿cómo demonios se te ocurrió comprar a ese animal precisamente?! ¿en dónde lo viste?
— Lo ví en un documental con el abuelo de Dallán, ahí decía que eran silenciosos y si no los molestabas no te molestaban, ¿qué le pasó a mamá? ¿la asustó Tadeus?
— ¡Carajo, niño, qué demonios contigo! ¿qué no ves que ese animal es venenoso? si te pica te puedes morir, ahora tú madre perdió el conocimiento del susto — Alessandro, estaba que se jalaba los cabellos
— ¿Me puede matar? hay no, entonces matalo, papá, que no me pique, eres malo Tadeus, no puedes vivir en esta casa — el niño, regañaba al animal
— Sube a la cama con mamá, deja busco con que lo mato, está enorme, ¿otro más grande para comprar, no había?
— Si, pero ese se lo envié a Dallán, para qu