Danilo había viajado cientos de veces, pero ninguna otra ocasión se había sentido tan cómodo y feliz, llegaron por fin al bello país Suizo, los niños estaban muy emocionados

Violeta los cubrió con un abrigo grueso, guantes gorros y orejeras, debajo llevaban ropa térmica para que no sintieran demasiado frío, Danilo también hizo lo propio, él ya había estado allí y sabía del tremendo clima tan helado

Las azafatas bajaron de la mano a Dariana y a Andrés, Drago no se dejó tocar, Violeta ya iba hacia afuera cuando el CEO la detuvo y la cubrió con un abrigo que la protegería allá afuera, por último abrochó un botón y la tomó de la mano para ayudarla a bajar

Una limusina negra los esperaba justo al bajar, los niños se metieron casi corriendo, Violeta sintió escalofríos pero estaba contenta, le sonrió a su esposo antes de entrar al coche

— Papá, estamos en una nevera, ¿cómo nos vamos a mantener calientes? — Dariana se abrazó a su padre, Danilo la rodeó con sus brazos mostrándole su cariño