Ryan estaba muy emocionado y le dijo a su mamá:—Te dije que era ella, y tú seguías diciendo que no y que no.Su mamá sonrió, contenta:—Sí, sí, tienes vista de águila, tienes muy buen ojo.Me reí, algo incómoda, les agradecí toda la comida que me habían traído estos días y pregunté por qué no estaban trabajando hoy.Ryan respondió:—Hoy nos tocó nuestro día de descanso.Hizo una pausa, miró los anuncios de la cartelera y preguntó:—¿No me digas que estás buscando trabajo?Le confirmé que sí.Ryan se dio una palmada en el muslo y dijo:—¡Si me hubieras avisado antes! En nuestra obra están buscando urgente alguien para ser auxiliar de archivo.—¿De archivo, la que ordena los papeles?No terminaba de entender, y siendo en una obra, me parecía todavía más raro.Ryan, entusiasmado, explicó:—¡Tú eres reordenada! Deberías hacer un intento. Estamos construyendo un parque de diversiones gigante. El dueño tiene un montón de plata. Pagan bien y el sueldo para archivos también está bueno.Me par
No pude evitar sospechar.Ese auto de lujo me resultaba bastante conocido, creía que Mateo tenía uno igual.Al ver que lo miraba, Ryan me dijo:—Es mejor que no te quedes mirando, esos carros son carísimos, ni ahorrando toda la vida nos alcanzaría. Nosotros, el pueblo, tenemos que conformarnos con lo que nos toque.—Vale. —asentí y sonreí.Ryan agregó:—Hoy en día hay muchas mujeres que solo buscan plata, pero al final todas terminan mal.Me reí algo incómoda. ¿Por qué me decía eso de repente?¿Pensaría que soy una interesada?No le di mucha importancia y le pregunté:—¿Sabes cómo se llama el dueño de esta obra?—Bah, nosotros que somos simples empleados, ¿cómo vamos a saberlo?—¿Ni siquiera sabes su apellido?—Tampoco. ¿Venimos a trabajar no más? No tenemos nada que ver con la gente rica, aunque parezcan buena onda, vivimos en mundos diferentes. Lo mejor es trabajar duro y buscarse a alguien sencillo para formar familia.—...¿De qué hablaba?¿En serio creía que yo estaba mirando el a
De repente, Ryan dijo, emocionado:—¡Mamá, tenías razón! Aurorita sí que sabe. Hoy fue a la obra a buscar trabajo de encargada de archivos y la contrataron al toque. ¡Empieza mañana!—¿En serio? —La mamá de Ryan me miró con los ojos de par en par.—¡Con razón se ve tan culta! Ay, si yo tuviera una hija como tú...Me sentí algo apenada con sus palabras.Y desde ese momento, noté que la mamá de Ryan me miraba de una manera extraña.Rápido cambié de tema, mirando los platos mientras sonreía:—Doña, todo se ve delicioso, seguro está riquísimo.—¿Ah, te parece? —La mamá de Ryan me sirvió más comida.—Si te gusta, que no te de pena repetir. Ven cuando quieras, no seas boba.Sonreí y asentí, aunque por dentro pensaba que no quería abusar de su amabilidad.La tía me sirvió todavía más, y le hizo señas a Ryan para que me sirviera también.Al instante acerqué el plato a mi boca y comí sin decir nada.Ryan me sonrió, medio torpe, y su mamá lo miró de reojo, como regañándolo en silencio.Seguí com
Llegué al hospital.Fui directo a la habitación de mi hermano, pero, para mi sorpresa, estaba vacía. Incluso las sábanas y el colchón ya los habían quitado.Justo en ese momento pasó una enfermera, así que le pregunté apenas la vi:—Buen día, ¿puedes decirme dónde está el paciente que estaba aquí?La enfermera revisó su lista y dijo:—¿Te refieres a Carlos Cardot? Hoy en la mañana firmó el alta voluntaria.—¿Alta, ya se fue? —pregunté sorprendida.¿Qué estaba pasando?Mi hermano me había dicho que debía quedarse en el hospital dos meses más, ¿por qué se fue tan de repente?Y si ya había salido, ¿por qué no volvió al departamento a buscarme? ¿Y por qué no podía comunicarme con él?Cuanto más pensaba, más ansiedad me daba.Volví a preguntarle a la enfermera:—¿Él hizo el trámite de alta solo o alguien más vino con él?—Vino una muchacha muy guapa. Me acuerdo bien porque su pierna no estaba del todo bien y el doctor le recomendó quedarse unos días más, pero él insistió en irse. Hasta le d
Me quedé sorprendida:—¿Fue Mayi quien te aconsejó?—Sí, le conté todo sobre ti, y me dijo que saliera del hospital cuanto antes y que me escondiera con ella. Dijo que Mateo podía venir a buscarme para obligarte a salir de tu escondite.Esto... acertó de lleno.—Oh, vale.Parece que mi hermano confía muchísimo en Mayi, hasta le contó todo sobre mí.Mi hermano hizo una pausa y luego dijo:—Aurorita, no te preocupes por mí. Rompí mi SIM, tenía miedo de que Mateo la usara para encontrarte. Esa también fue idea de Mayi.Al escucharlo, sentí más curiosidad por Mayi.Sonreí y dije:—La chica que te gusta es muy lista, cuando todo se calme, ¡tienes que presentármela!—Claro que sí, ya verás. Por ahora estoy bien, y nuestros padres también.Mientras Mateo no encuentre ninguna pista, con el tiempo va a rendirse.—Bueno, gracias al cielo— respondí en voz baja, pensando que si pasaba un tiempo, Mateo tal vez dejaría de buscarme. Y si luego se casaba con Camila y tenían hijos, probablemente me olv
Vi a Ryan esperando en la puerta.Él me sonrió, todo contento, y dijo:—¡Buenos días, Aurora! Vámonos juntos a trabajar.Pensé que de todos modos tenía que tomar el autobús, así que no me importaba ir con él. Solo asentí.Pero, cuando llegamos abajo y vi que estaba sacando una moto eléctrica del pasillo, me quedé con la boca abierta. Le pregunté sorprendida:—¿Tú vas todos los días en esa moto a trabajar?—Obvio. Mi mamá me dijo que es económica, solo tengo que cargarla todos los días y listo. Además, la compré de segunda, me salió baratísima, solo me costó como mil.Dijo eso mientras se subía a la moto y me gritaba:—¡Aurora, ven, súbete de una vez!Sin dudar le hice una señal para que no insistiera:—Tranquilo, no hace falta, yo me voy en autobús.Ayer vi que el camino se ponía difícil cerca de la obra, lleno de baches por todos lados.Si me caigo, quién sabe qué le puede pasar a los bebés.Y además, no somos tan cercanos como para andar así.Ryan siguió llamándome:—¡No pasa nada,
Terminé de trabajar a las seis.Algunos viven en la obra, otros no, pero casi todos cenamos en la cafetería antes de irnos.Yo también hago lo mismo.Ryan, como siempre, apareció justo cuando estaba terminando de comer.Busqué un rincón apartado y me senté.Ryan vino detrás de mí y se sentó enfrente, sonriendo.—Aurorita, hoy me toca quedarme más tarde a trabajar. Tú puedes irte antes.—Ok.Afirmé y le devolví la bebida que me había dado al mediodía, intacta.Ryan se sorprendió un poco y me miró sonriendo, algo apenado:—Aurora, ¿esto, pues…?—Te voy a ser franca, yo estoy casada.La expresión de Ryan cambió de golpe.Seguí: —Y además, estoy esperando un niño.Esta vez su cara se puso seria de verdad.—Si no quieres tener nada conmigo, no tienes que inventar semejantes excusas. Te ves muy joven, apenas pasas los veinte, ¿cómo vas a estar casada y con hijos?—Así son las cosas. —Saqué el informe de embarazo y se lo mostré.—Estoy casada, tengo esposo e hijos, así que Ryan, no pierdas tu
Mateo Bernard me cogió por casi media semana. Por supuesto, yo también me lo cogí a él. Lo hubiera hecho a gusto, de no ser por el hecho de que él se aprovechó de mi estado. Él era tan solo un pobretón a quien yo no solo no dejaba que me pusiera ni un dedo encima, sino que también lo menospreciaba y pisoteaba.Ahora, irónicamente yo soy quien ha caído en la pobreza y la desgracia, y él, en cambio, ha prosperado. Pero, como si quisiera vengarse por toda su frustración, ahora de verdad me hacía el amor, y me lo hacía con mucha hambre de mi………Mi ahora esposo por error que vino a vivir a mi casa.¿Y por qué esposo por error? Porque, al principio, su hermano era quien me gustaba e incluso salía con él. Pero, en una reunión de fraternidad, terminé teniendo sexo con el hermano equivocado en medio de mi borrachera. Y todo el mundo se enteró.Al final, mi padre no tuvo más remedio que pedirme que me case con él, para no deshonrar a la familia. Así, él se convirtió en su yerno y acabó vivi