De regreso a casa, Sergio conducía lo más lento posible queriendo alargar el momento a mi lado, me pareció muy tierno de su parte, pero, en el fondo estaba desesperada por llegar a mi hogar. Me sujetaba de la mano, la besaba dulcemente en ocasiones, sin decir nada solo disfrutando del trayecto.
Por mi parte, mi mente daba muchas vueltas y trataba de disimularlo observando el paisaje nocturno de la ciudad, Sergio sabe que me fascina así que hasta el momento no le parecía raro que mirara por la ventana y que eventualmente le regalara una sonrisa.
Sin darme cuenta ya estábamos llegando a mi casa, un repentino alivio difícil de explicar me invadió cuando Sergio estacionó el auto frente a la entrada.
-Llegamos hermosa, gracias por la mejor noche de mi vida- me mira complacido a la par que me da un tierno beso en la frente.
-Para mí, también lo fue guapo… nos v