No me deje sufrir. Ignoré aquel sentimiento que se asemejaba a una caída larga, como la noche que la vi junto a Josh. Me convencí a mí mismo que la detestaba y a todo lo que tenía que ver con ella.
Pero también sentía cierta impotencia al haberla dejado jugar conmigo de esa manera.
El insomnio me lleno esa noche; no podía dejar de pensar en el último encuentro con Candace. Solo se repetía y repetía ese momento en mi mente. Desde aquel beso, que sentí como si hubiera sido diferente de alguna manera, hasta sus palabras finales, que se quedaron clavadas en mí.
-Arion, iremos al centro comercial ¿Quieres venir? -me pregunta mi mamá.
Es