Capítulo 37
Kay y Yael se van no del todo convencidos mientras que Henry me quita el suero y me toma de las manos y me observa fijamente.
—¿Dime que estás bien? no soportaría si no lo estás —me mira fijamente.
—Si estoy bien—suelto sus manos y lo acaricio mientras sonrío.
—Solo tú puedes sonreír, después de haberte casi desmayado—acurruca su rostro en mis manos.
—Lo siento no quise asustarte—sigo sonriendo.
—Te amo—se acerca a mí y besa mis labios.
Después de un rato me siento mucho mejor por lo tanto Henry me lleva a mi casa. Cuando llegamos él estaciona el coche lejos de la entrada y después me toma de las manos.
—Te amo mucho, nunca lo olvides —me sonríe mientras me mira a los ojos.
—Yo también te amo—me ac