Dominic o vio suspirar y apretar sus ojos. No se había fijado pero parecía más que cansado, preocupado, pero no el tipo de expresión que le había mostrado antes.
-¿Qué te tiene angustiado?-
-Nada- él movió su cuello rompiendo algún nudo de tensión que se había creado -Estoy bien, solo cuestiones personales leves-
Dominic no le creyó una sola de sus palabras, se incorporó de la mesa y se puso a su espalda llevando sus dedos a los hombros pequeños y empezando un suave masaje reconfortador.
Aidan iba a protestar con el primer contacto pero las palabras no salieron de su boca, cuando una oleada relajante lo recorrió completo dej