Amarte es mi condena. Cap. 15: ¿Me amas?
Brenda caminaba por las calles de la ciudad, sostenía en sus brazos unas bolsas del supermercado, cuando varias camionetas negras y blindadas le cerraron el paso.
—No se asuste, hay alguien que requiere hablar con usted.
—No diré nada sin una orden de un juez —comunicó.
—No la vamos a interrogar, es solo una charla de amigos —dijo aquel hombre.
Brenda miró al caballero en la camioneta, suspiró profundo.
—Está bien —comunicó.
La ayudaron con las bolsas y la subieron a aquella camioneta.
—¿Qué quiere señor Araujo? —indagó ella.
—Me gusta que seas una mujer directa, nos vamos a entender de maravilla —expresó el hombre con esa voz firme.
—Entonces vamos directo al grano —propuso Brenda, miró a los dos caballeros que tenía frente a ella.
—Bien, sabemos que eras la mano derecha de Arismendi, y qué debes tener una valiosa información, tú puedes ser un testigo clave para poder enviar a prisión a ese infeliz.
—¿Y qué ganaría yo? —preguntó ella.
—Venganza. —La voz de Sebastián se hi