63. El día más triste de mi vida I
Cinco meses después…
Después de la caída que
tuvo en la guardería, Andrés no volvió a intentar caminar otra vez, ni a
pronunciar mamá o papá a como ya lo hacía. Efectivamente al caer, se abrió la
encía y le salieron cuatro dientecitos a la vez, sumado al trauma que significó
para él, vivir eso lejos de sus padres. Tuvo un gran retroceso que nos dejó a
todos muy desanimados.
Por suerte, seguía siendo
el mismo bebé simpático y risueño, pero sabemos que hay un antes y un después,
que no podemos negar.
Tras el primer cumpleaños de Andrés, el cual celebramos dos días; uno con sus
abuelos maternos, otro con sus abuelos paternos y mi primo con su novia, que
llegaron de sorpresa para saludarlo. Andrés cayó enfermo con una
gastroenteritis que lo tiene descompuesto hace poco más de un mes. Si bien está
“sano” dejó de comer por completo y sólo pide pecho todo el día, además, de
haber contagiado a Felipe primero y luego a mí.
Habíamos pasado por varios sucesos tristes, ya que, para el cumpleaños