[AZUL]
Después de una noche entre pesadillas, dolor en mi pierna e inquietudes de cómo explicarle a Santiago que deberé ir a California a solucionar los asuntos de la empresa, despierto, aunque en realidad no he dormido casi nada. Lo veo a mi lado profundamente dormido, y no quiero despertarlo ya que anoche ha estado cuidándome hasta altas horas de la madrugada. Aun no puedo creer que un hombre como él se haya fijado en mi y mucho menos que haya sido tan paciente conmigo.
De a poco me levanto de la cama intentando no despertarlo, aunque la herida en mi pierna me comienza a molestar un poco cuando intento ponerme de pie. Siento a Santiago moverse sobre la cama, giro mi rostro y veo como me observa lanzándome una hermosa sonrisa —Perdón cariño, no querida despertarte. — Le digo con una tímida sonrisa.
— No mi amor... no te preocupes ¿Te encuentras bien? ¿Quier