¿Que sucede cuando una chica que se crio lejos de su familia se entera que sus padres han sido asesinados? ¿Que sucede cuando tiene que decidir entre tenderle una trampa al culpable, o seguir con su vida? Esa es la situación que vive Azul, una chica que ve obligada a irse de Londres ya que su vida corre peligro, pero ¿Que sucede cuando en su nueva "familia" y en medio del caos aparece el amor? Ella una chica que no cree en el amor y con problemas por resolver; él, Santiago, un soñador enamorado de la vida que intentara que vea las cosas diferentes. ¿Lo conseguirá? LA REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL DE ESTE MATERIAL QUEDA PROHIBIDA. LA HISTORIA ESTA REGISTRADA EN SAFE CREATIVE . Copyright © 2006014206313
Ler maisEs un día más de esos nublados en la ciudad de Londres, Inglaterra, apenas está comenzando el día y yo me encuentro terminando de hacer mis maletas para partir rumbo a la ciudad de Barcelona. Momentos después de terminar, tomo un taxi con rumbo al aeropuerto y una vez allí busco mi billete de avión y despacho mis maletas. Recorro los pasillos sintiendo una extraña sensación de melancolía dentro de mi, y al llegar a los puntos de seguridad, paso por los chequeos pertinentes y me dirijo hacia la compuerta 5F, la cual es de donde saldrá mi avión.
Me quedan unos 30 minutos más antes de poder abordar, y decido sentarme a esperar con calma mientras que veo lo feliz que esta la gente debido a que estará viajando en pocos minutos. Lamentablemente, ese no es mi caso, toda mi vida viví aquí en Londres alejada de mis padres; viví de internado en internado y luego me fui a la universidad. Soy la hija de un famoso arquitecto de Estados Unidos, Sergio Bianchi. Hace dos meses atrás cuando mis padres murieron, recibí una llamada de su abogado donde me explicaba que debía irme de Londres porque mi vida estaba en peligro, confió en él, por qué lo conozco de toda la vida ya que era la mano derecha de mi padre, y si bien, por mi propia seguridad no me ha podido dar detalles del porque estoy en peligro; he hecho lo que él me ha pedido y es por eso que estoy aquí.
Lo único que el abogado me ha dado, fue un nombre Enrique Del Rio y una dirección donde debo ir. Enrique también es arquitecto y según me sé, él y mi padre han estudiado juntos cual él vivia en España. Por lo poco que he podido hablar con él por teléfono, me he dado cuenta de que él y mi padre eran mejores amigos y le había prometido que cuidaría de mi si algo le sucedía.
Estoy tan perdida entre mis pensamientos que ni cuenta me di que ya es hora de abordar el avión. Rápidamente voy hacia el mostrador, presento mi pasaje, y camino por el largo pasillo hasta entrar al avión. Una vez dentro, busco mi asiento en primera clase junto a la ventanilla y me siento. No hago más que mirar por la ventanilla y sentir que mis lágrimas comienzan a caer al darme cuenta de lo mucho que mi vida ha cambiado y de lo que está por cambiar. Es tanto lo que me pierdo entre mis pensamientos, que cuando menos me doy cuenta caigo dormida.
Unas horas después llegamos a Madrid y debo recorrer rápidamente el aeropuerto para tomar el vuelo de conexión rumbo a Barcelona. Vuelvo a sentarme cerca de la compuerta a esperar por mi vuelo, y puedo comenzar a notar el acento de la gente aquí. Mis padres eran de descendencia francesa, pero yo nací en Estados Unidos; más precisamente en Miami, aunque ellos me enviaron a Londres cuando apenas tenía 5 años y nunca supe bien la razón por la cual habían tomado esta decisión. Lo único que sé, es que nunca me dejaron regresar a Estados Unidos, y ahora que lo pienso bien me pregunto si tendrá algo que ver esta situación por la estoy en peligro.
El tiempo trascurre rápidamente hasta que es hora de tomar mi segundo vuelo y afortunadamente, este es mucho más corto por lo tanto me entretengo leyendo y escuchando música en la radio del avión. Tiempo después, el avión por fin aterriza en Barcelona y ahora es tiempo de conocer a mi nueva “familia” por llamarlo de alguna forma, aunque en realidad lo único que deseo es que me puedan ayudar a independizarme en algún lugar cerca de ellos. Viví en un internado y luego sola desde que tengo 18 años y ahora con 26 años no dejare que nadie me controle, solo he venido aquí porque según Carlos; el abogado de mi padre, aquí estaré a salvo y podre solucionar las cosas. No tengo idea a qué se refiere cuando dice “cosas”, pero supongo que pronto lo averiguare.
Bajo del avión, busco mis maletas, y una vez que paso inmigración y aduana, continúo caminando hasta salir al hall central. No tengo ni idea de cómo es Enrique, así que espero que tenga algún tipo de cartel o algo con mi nombre para poder reconocerlo. Comienzo a mirar por todos lados y veo un cartel que dice "Azul" 《debe de ser él》
Pienso y me acerco, al hacerlo, veo que está acompañado por una señora de su misma edad, un muchacho más joven de pelo oscuro bastante guapo y una chica de pelo de mismo color con dos niñas.—¿Usted es Enrique Del Rio? — Pregunto un poco nerviosa.
— Si, mucho gusto, ¿Tu eres Azul Bianchi, cierto? — Cuestiona con una sonrisa.
—Así es, un gusto conocerlo finalmente. — Digo y estrecho mi mano para saludarlo, pero él a cambio me saluda con dos besos como hacen aquí en España.
— Te presento a mi esposa Isabel, mi hijo Jorge, mi hija Lucia y mis dos nietas Carla y Natalia. — Me dice señalando a cada uno de ellos.
Comienzo a saludarlos uno a uno y parecen ser personas muy agradables. Jorge, me ayuda a llevar las maletas al auto mientras que me preguntan de mi vida en Londres y algunos detalles básicos acerca de mi. Durante el camino a la casa de ellos la cual está cerca de la costa, puedo apreciar los bellos paisajes a mi alrededor y la verdad es que he quedado impactada ya que es muy diferente a Londres, y pienso que quizás no me cueste tanto trabajo adaptarme aquí, después de todo es una ciudad muy hermosa.
Unos cuantos minutos más tarde, llegamos a la casa y Enrique y Jorge me ayudan a subir mis maletas a un cuarto que han preparado para mí en el segundo piso de la casa la cual es preciosa y muy grande, me atrevería a decir que es casi una mansión, pero al no ver servidumbre ni gente de seguridad o cosas de ese estilo, me hago a la idea que solo es una casa grande. Una vez que todo esta en la habitación, ellos me dan un tiempo para acomodarme, pero antes de irse, Enrique me deja saber que debe hablar conmigo lo más pronto posible y yo tan solo asiento.
Una vez que estoy sola, comienzo a acomodar la ropa en el guardarropa y después de haber terminado y de cambiarme de ropa salgo de la habitación, camino por el largo pasillo, y bajo las escaleras. Al llegar a la primera planta de la casa, veo que están todos reunidos en la sala.
— Azul, ven aquí por favor. — Me pideindicando que me siente en el sofá. Me siento en el mismo sofá que él e inmediatamente, él me entrega una carta. — Tu padre me ha dejado esto para ti, creyó que algún día esto sucedería. — Explica y sin decir una sola palabra abro el sobre y comienzo a leer
"Azul,
Tu madre y yo sabíamos que cuando hubieses recibido esta carta nosotros ya no estaríamos contigo y estarías junto a nuestro gran amigo Enrique en Barcelona y comprendemos que te estés haciendo mil preguntas del porque Carlos te ha hecho salir de Londres donde tu tenías toda tu vida hecha.
La razón por la cual te hemos mantenido alejada de nosotros y de tu país de nacimiento todos estos años es porque tu madre y yo hemos vivido bajo amenaza de muerte durante mucho tiempo. En estos momentos no es conveniente darte todos los detalles, pero cuando sea posible, Carlos vendrá a interiorizarte de todo lo que ha ocurrido y de lo que tu deberás hacer. Por ahora no se te ocurra volver a Londres ni a Estados Unidos, nosotros hemos tramitado todo para que vivas en España el tiempo necesario y le hemos dejado una cantidad de dinero adecuada a Enrique para que te lo entregue. Hija, perdón por haberte dejado sola. Te prometemos que hemos dejado todo encaminado para que no sufras.
Recuerda que siempre estaremos contigo, aunque no nos veas.
Tus padres"
Al terminar de leer esta carta siento como un sinfín de lágrimas comienzan a caer por mi rostro. 《¿Mis padres han sido asesinados? Pero ¿Por qué? ¿Quién?》 Dios, tengo miles de preguntas en mi mente…
Enrique e Isabel están abrazándome intentando consolarme, pero en estos momentos no creo que lo consigan. Jorge, Lucia y las niñas solo me observan sin decir una palabra, hasta que de repente alguien abre la puerta principal de la casa. Tengo la vista nublada a causa de la cantidad de lágrimas que he derramado y no puedo ver bien quien es. Froto mis ojos intentando dejar de llorar y limpiar mi rostro y cuando lo consigo, veo a un hombre bastante alto de cabello castaño claro, ojos color café y un físico casi perfecto; es muy guapo.
— Azul, te presento a nuestro otro hijo Santiago. — Explica y yo tan solo cruzo mi mirada con la de él.
[AZUL]Cada día junto a él es una aventura, desde el día que lo conocí mi vida ha cambiado por completo. Aun recuerdo cuando me subí a aquel avión en Londres y lloraba al tener que dejar esa tierra donde prácticamente había pasado toda mi vida. Las memorias de lo que sentía y de lo roto que estaba mi corazón parece ahora muy lejano, pero apenas ha pasado un poco más de un año y medio desde aquel día que conocí al hombre que ahora duerme a mi lado.Ya llevamos más de cinco meses de casados y cuatro viviendo en esta enorme casa que hemos prometido llenar con nuestros hijos. Me hizo pasar un mes recorriendo lugares preciosos de Italia y es algo que le agradeceré eternamente, su sorpresa ha sido única. Aun recuerdo su advertencia de q
[AZUL]No sé muy bien cómo es que hemos llegado al recinto donde celebraremos la boda. Santiago no ha dejado de besarme durante todo el camino y la verdad es que creía que perderíamos el control en aquella limusina, agradezco que el divisor entre el chofer y nosotros no permitiera que viera la manera tan indecente que nos estábamos besando. Supongo que es normal que nos cueste esconder tanta pasión, pero realmente me hubiera muerto de vergüenza si le teníamos que decir que nos deje solos un tiempo para hacer el amor allí dentro.— Y aquí estamos... ¿Lista? — Me pregunta con una sonrisa cómplice antes de que abran las puertas del salón.— Es difícil estar lista para este momento, pero aquí estoy.— Le respondo con una enorme sonrisa al ver esos ojos café que me miran con tanto amor.— Lo sé...—Segun
[AZUL]El inmenso portal doble de madera se abre y esté es el gran momento de mi vida. Tomada del brazo de mi casi suegro al que yo considero un padre, camino lentamente el largo pasillo de la iglesia bajo la atenta mirada de todos los invitados. Me tiemblan las piernas y lo único que deseo es no caerme. Fijo mi mirada al final del pasillo y ahí está él... se ve indescriptiblemente guapo «¿de verdad me casaré con él? ¿O será un espejismo?» Nuestras miradas se cruzan y hasta llegar a su lado no habrá fuerza humana que vaya a separarlas. Lo veo sonreír y automáticamente mis nervios se diluyen haciendo que quiera caminar más rápido de lo que estoy haciéndolo en este instante.Al fin lo tengo enfrente de mi con ese esmoquin que tan bien le queda, sus ojos al igual que los míos están cristalinos, retenemos las lágrimas
[AZUL]Estoy en mi lugar favorito en el mundo, sus brazos. Estamos en la tina que extrañamente esta dentro de la habitación a pocos metros de la cama en dónde hace pocos minutos hicimos el amor de una manera única. Creó que este es el mejor momento para hablar del tema.— Mi amor...— Le digo para llamar su atención ya que está perdido dibujando figuras imaginarias sobre mi espalda.— Dime mi niña.— Me responde volviéndome a acercar sobre su pecho y apoyando su cabeza sobre mi hombro.— He estado pensando bien lo del nombre de nuestra hija y creo que he encontrado uno que nos gustará a ambos.— Comento sonriente al recordar nuestros desacuerdos en este tema.— Soy todo oídos... —Expresa y sé que está sonriendo por el tono de su voz.Realmente espero que le guste el nombre porque he estado d&iacu
[SANTIAGO]Con sus manos entre las mías y sus ojos vendados desde hace mas de 10 minutos la ayudo a bajar del auto después de aparcar enfrente de nuestro destino.— ¿Dónde me estás llevando amor mío?— Me pregunta con esa sonrisa que se ha convertido parte esencial de mi vida.— Tres pasos más y te prometo que te quito la venda.— Respondo entusiasmado.— Uno... dos... tres...— Cuenta mientras sigue caminando.Su acción me hace reír y por ende desconcentrarme un poco de este momento romántico. — Vaya que eres literal eh... — Le digo sin poder parar de reírme.— Tú fuiste el que me dijo tres pasos... — Se defiende inocentemente mientras intenta buscar mi rostro con una de sus manos.Esquivo su mano para que no pueda tocarme y hago que siga caminando hasta que finalmente llegamos al sitio ad
[SANTIAGO]La veo sentada en el asiento del pasajero en el auto mientras se mira en el espejito de la visera y se arregla su cabello; luce tan preciosa que solo tengo ganas de perderme en sus labios. Si fuera por mi, la llevaría de regreso a nuestra futura casa para recorrer todos los rincones mientras le hago el amor, la he extrañado tanto en esté corto tiempo que estuvimos alejados que siento que la necesito más que nunca... sin embargo mi familia nos espera para almorzar; cosa que ella no se imagina.— ¿Dónde me llevas ahora?— Me pregunta al ver que he tomado otro camino.— A almorzar... mi hija y tú deben alimentarse.— Explico.&
Último capítulo