Caminar con ellos era algo que disfrutaba mucho. Era como nuestro momento de calma, sin presiones. Sólo éramos tres corazones que latian llenos de amor.
Durante el día ellos tendían a concentrarse en la manada y su trabajo que debido a la gran cantidad de miembr*s siempre era extenso pero teníamos una ventaja y era que el trabajo estaba dividido y ademas ellos se movían y complementaban como si fueran uno en todas la areas no solo en la cama.
Y era precisamente hacia allí a donde íbamos y las imágenes de lo que había pasado la noche anterior me hicieron sentir acalorada.
Sentía molestia al moverme, pero también me sentia caliente al recordar sus cuerpos y las sensaciones que aún palpitaban en mi cuerpo. Por mi mente jamás pasó verme en prácticas como esas. Pero claramente lo había disfrutado y mis bragas mojadas confirmaban mis pensamientos.
- Si sigues pensando en eso no me va a importar que tú cuerpo este adolorido. - Me sentencia Daimon haciéndome tensionar. Lo miro extrañada ¿