Capítulo 4

-Hola ¿Qué hacían? –pregunto papá

-Están sudados no es obvio. –dijo mamá comiendo y papá frunció el ceño.

-No creas lo que mamá dice solo…

-Estábamos arreglando unas cosas en cuarto de Sofía. –hablo rápidamente Stefan.

-Si eso, me siento tan cansada. –me senté en el comedor y papá estaba serio.

-Stefan tan cansada dejaste a mi hija. –mamá y sus cosas

-Mamá!! –le dije

-Solo bromeaba hija mía.

-Pues, necesitamos decirles algo. –dije sin más, en menos de un día pasaron muchas cosas.

-Se irán de nuevo? –pregunto mamá

-Sí, me llamo Arzú, me dijo sobre la inauguración de la fundación. –dijo papá mirándome

-Desde cuando se conocen? –pregunte con el ceño fruncido

-Créeme conozco a los Vettel desde hace mucho tiempo atrás, Farid estudio conmigo en el colegio y por eso lo conozco.

-Bueno, si es así, nos iremos en unos días, pero regresaremos. –hablo rápidamente Stefan y ellos asintieron.

-Hija recibí una llamada de Rebecca ella quiere conversar contigo…

-Mamá no es el momento. –interrumpí a mi mamá.

-Con todo respeto Vanessa, yo también le dije lo mismo, ella me dijo que lo haría, pero tuvimos un pequeño problema. –dijo Stefan

- ¿Problema? ¿acaso están enojados?

-Mama ambos estamos bien, solo que…

-Solo que Sofía? ¿Qué nos están ocultando? –pregunto rápidamente mi madre.

-Tenemos una amiga aparte de Arzú, ella se llama Aysel y pues fue secuestrada antes de conocerla a él y su pareja la mujer que lo hizo, ella escapo de una prisión de alta seguridad.  Aysel me la enseño en foto y yo la vi antes de venir a casa, no sé si me estoy volviendo loca, pero te juro que la vi.

-Hija ¿Qué es lo que quiere esa mujer?

-Mamá no lo sé. –dije bajando la mirada.

-Si te vas Larry ira contigo. –exclamó papá con autoridad

-Pero...

-Pero nada Sofía ya está dicho, y tu Stefan por favor cuídala mucho, no queremos pasar por lo que pasamos hace tiempo.

-Yo la voy a cuidar no se preocupe. –Stefan me dio un apretón de mano y asintió con su cabeza.

Cenamos tranquilamente y luego subí a bañarme, Stefan se quedó conversando con mi papá en su oficina, busqué ropa de dormir y me metí al baño, estaba pensando todo lo ocurrido hace más de 3 años en cómo era que actuaba Adela, sí, mi querida abuela, no quería pensar en nada más que estar feliz, pero tenía esa espina que no me dejaba tranquila ¿Por qué esa mujer Eider estaba aquí en Estados Unidos? No, no, no quiero pensar que ella este con Adela imposible que se conozcan.

Regrese a mi cama por mi teléfono, pero no lo encontré me había rendido me di vuelta para regresar al baño cuando escuche que me estaban llamando, me guie por el sonido de la música y estaba dentro de la mesita de noche.

-Aquí estas y yo buscándote por todos lados. –le dije a mi teléfono

Vi que era un número desconocido y más, era un número privado, no quise contestar, pero volvieron a llamar tomé la valentía de poder contestar.

- ¿Hola?

- Amor –se escuchó por el otro lado del teléfono.

- Nain–dije un poco desconcertada ¿Quién le había dado mi número de teléfono?

- ¿Pensaste en lo que te dije?

-No me interesa nada de ti ya te lo dije te….

-Perdono, pero no te amo Nain. Sofía ¿puedes decir otra cosa? Eso me lo sé de memoria.

-Si eso te lo sabes de memoria entonces déjame en paz.

-No te atrevas a colgar

–¿Qué es lo que realmente quieres? -estaba a punto de colgar cuando

-No, no lo hagas, vamos hablar querida.

-Nain, hagas lo que hagas no va a pasar.

-Sofía sí que va a pasar, eres mía.

-Si fuera tuya no me hubieras engañado, en nuestro propio departamento, en nuestra propia cama ¿Qué pensaste? Que te perdonaría fácilmente cuando me restregaste en el aeropuerto a tu amante en la cual me engañaste recuerda que el karma existe y esa mujer te quería para que le dieras la paternidad en Canadá.

-Eso es el pasado mi amor.

-El pasado, pasado, yo te perdone porque quería sanar, porque lo necesitaba.

-Y que de la carta.

“Sabes, duele más tenerte cerca que extrañarte, por qué si, te extraño, te extraño como no tienes idea, te extraño porqué te necesito, te metiste en mi ser, ahora no puedo sacarte de allí, dime cómo puedo sacarte de mí, si fuiste el único que me enseñó amar, tendrían que pasar los años y tal vez no logré superarte, si , quería un futuro contigo, quería una vida contigo, quería envejecer a lado de ti, tantos planes, tantas promesas, para que ¿para nada? me hiciste feliz ahora me dejas destrozada con el corazón roto en mil pedazos con el llanto y el sufrir de todas las noches, miro al cielo y me imagino todo lo que vivimos, es difícil, muy difícil pero tarde o temprano me tocará alejarme porque no. No Era Nuestro Destino” Sofía sé que me sigues amando.

-Esa carta la escribí borracha, no sabía lo que hacía, pero en algo tiene razón me hiciste feliz y me dejaste destrozada.

-Sofía…

-No, Nain, deja de buscarme Adiós. –dije sin más y colgué.

Estaba perdida en mis pensamientos cuando escuche que alguien me hablaba.

- ¿Amor? –escuché decir a alguien, me di vuelta y era Stefan, corrí abrazarlo. - ¿estás bien? –pregunto rápidamente y yo asentí con la cabeza.

-Debemos volver a Londres. –dije aun abrazándolo.

- ¿Estás segura?

-Lo estoy. –me aparte de él y lo mire. –Quiero irme.

-Amor. –Stefan llevo sus manos a un mechón revuelto, me lo coloco detrás de mi oreja. –Primero debes ir hablar con Rebecca

-Stefan...

-Prometiste hacerlo Sofía.

-Está bien, ahora voy a bañarme.

Fui a bañarme, comencé a llorar bajo el agua “si me hubiese quedado en Londres todo estaría bien” solo quiero que Nain deje de molestarme y atormentarme, cerré los ojos y esos recuerdos volvieron, aquella noche que fui a nuestro departamento, el con una mujer en nuestra propia cama, abrí mis ojos cerré la llave del agua, pase mis manos por mi rostro, me hice aquella pregunta ¿Por qué sufrir por alguien que no vale la pena? No, no la valía.

La respuesta la tenía, era clara, mi presente era Stefan con el todo era diferente, me hacia reír, cantábamos, veíamos películas, esos tres años con el fueron de los más hermoso, salí del baño, vi que en el cuarto no estaba Stefan, me mordí los labios, fui a buscar mi ropa interior de lencería, la encontré rápidamente fui al baño a colocármela, era un conjunto de color negro.

Me lo puse y me puse una bata de seda del mismo color, tome mi teléfono y llame a Stefan.

- ¿Dónde estás?

-Ya subo, baje a mi antigua habitación a bañarme.

-Stefan.

-Bien, bien, ya voy. –colgué y me puse nerviosa.

Era la primera vez que quería estar con Stefan, me fui al baño de nuevo porque recién me había dado cuenta que mi cabello estaba revuelto, minutos después escuché que la puerta de mi habitación se abrió.

-Sofía?

-Dame un momento ya voy. –grite desde el baño.

Me mire al espejo, estaba muy nerviosa, no sabía cómo hacerlo ¿se sentirá distinto? Me pregunte a mí misma, tome la valentía de salir del baño.

Salí del baño y Stefan me miro de pies a cabeza, iba lentamente detallando cada cosa que veía, como si se le hubiera detenido el aire yo hable.

- ¿Stefan?

-So…So...

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo