¿Qué me impulsó a hacer lo que casi hice? No tengo forma de saberlo, más que el hecho de saber que sigo enamorada de Camilo, mi padrastro, pese a la distancia y la relación que tengo con Sebastián, que no hemos formalizado porque, como es lógico después de casi un año de estar juntos, le conté lo de los fideicomisos y que entre estos figura uno que me prohíbe tener un novio.
—Entiendo —dijo cuando se lo conté, siendo la cuarta o quinta vez que hablábamos sobre lo que éramos, si había o no un nosotros, en qué estábamos, en fin, de formalizar.
—Pero podemos actuar como si lo fuéramos —dije—. He oído de muchas parejas que nunca le ponen un nombre a su relación y aún así son fel