Él me las ofreció para que las tomara, pero Carla negó con la cabeza, y Javier se las volvió a llevar ante su negativa.
—No permitiré que tu vínculo con mi hija se manche con su sangre, Lucas. Puedes observar, pero no te involucres. ¿Queda claro?
El azote continuó, la sangre salpicó el suelo mientras él chillaba de dolor, sin estar dispuesto a disculparse por sus pecados.
Sin estar dispuesto a arrepentirse.
No había remordimiento en él en absoluto, sabía lo que habría hecho... sin embargo, seguía mintiendo.
Era una forma extraña de tortura administrada por Carla. Dejaba que Javier lo castigara solo para que ella levantara la mano en señal de detener... la curación de hombre lobo de José activándose.
Solo para comenzar de nuevo cuando había sanado lo suficiente para evitar que se desmayara. Era implacable, pero funcionaba.
—Por favor... —balbuceó, escupiendo sangre de su boca.
—¿Crees que puedes tocar a mi hija y salirte con la tuya?
—No... —Sus palabras eran apenas audibles, estaba a p