3.

 Chica rara y nefasta.

No podía sacarme esa imagen perturbadora de mi cabeza, el con esa cara de intestino en verdad engañaba, mostraba algo que no era. Le dije a mi hermana que el no quiso hablar conmigo, era mejor mentirle porque esto la haría sentir peor de lo que ya estaba, no podía hacerle eso a mi hermana.

Sé que es difícil de creer, pero ella es lo que más quiero en el mundo o bueno, junto a mi papá, quién a pesar de que me reseteó el otro día, es un tipazo y sé que nos adora, pero es que con Lucía, las cosas eran lógicamente diferentes. Ella me ayudó mucho en mi niñez y preadolescencia. Me enseñó cosas que me sirvieron de mucho en un futuro, incluso, a sobrevivir en algunos aspectos.

Me había hecho lo que soy, que me gustara leer y ver películas de culto. Me enseñó a vestirme mejor y cuidar mi apariencia, porque de niño siempre andaba hecho un desastre y mi cabello crecía tanto, que parecía una lesbiana desempleada, pero ella me obligaba a cortarlo y me dijo que la apariencia (sin importar si eres físicamente atractivo o no), que debía ser impecable. Es decir, siempre debía vestirme bien, arreglarme, usar perfume, porque eso sería útil cuando trabajara o quisiera salir con alguna mujer. Mantuve esas costumbres durante toda mi vida y sí, me sirvieron muchísimo. También me enseñó cosas menos constructivas para mi vida, como a manejar patineta, tácticas en la consola de viedeojuegos, juegos de azar (los cuales me hicieron ganar mucho dinero el año pasado) y lo mejor, por lejos, es que me hizo un dios jugando fútbol, no con práctica porque ella no lo jugaba pero me hizo ver tantos partidos, especiales y ese tipo de cosas que ya sabía todo lo que debía hacer, también me obligó a entrar en el equipo de fútbol de la escuela pero poco después lo abandoné porque conocí a Daniela, mi ex novia y eso sí que la hizo enojarse.

En fin, Lucía como podrán notar, era una persona completamente culta, sabía expresarse, hablar, era inteligente y siempre aprendía cosas nuevas. También era muy, muy hermosa y no lo digo porque sea mi hermana, realmente lo es, y es por ello, que no comprendo como un tipo tan desagradable como Jimmy, desaprovechó la oportunidad de estar con alguien como ella. Él no la merecía, creo que en parte esto fue lo mejor, ella merece mucho más.

Necesitaba hablarle a alguien de lo que había sucedido, no sabía con quién porque mi mejor amigo José Daniel, se había transferido de escuela según creí en ese momento, que fue por el incidente de la cárcel en que sus papás lo obligaron a retirarse, pero no fue por eso, me mintió. Lo hizo fue para estar con su novia, una chica con quién llevaba menos de dos semanas, es increíble. Lo peor es que ya lo dejó, la ironía.

A pesar de conocer prácticamente a más de media escuela me sentí solo.

Estaba en el descanso y salí de clases, caminé y cerca del césped de la cancha vi otra vez a la chica de las cavernas, la que seguí la otra tarde y ahora que lo pensaba, no la había visto desde ese día y justo ahora que lo hacía, yacía tendida boca arriba como un ángel en pleno sol de la tarde, en todo el centro de la cancha de fútbol, la más pequeña. Esta vez venía peor vestida que el día anterior, tenía un sombrío vestido negro largo hasta debajo de la rodilla que le cubría completamente los brazos y traía un sombrero o gorro similar, pero de color negro también, al igual que sus tenis y mochila.

Deduje que era la metalera más anticuada y tenebrosa que podrían ver mis ojos o tal vez, tenía tanta personalidad que le importaba poco o nada lo que pensara la gente, probablemente sea lo último. Otra vez me acerqué a hablarle porque de verdad me llamaba la atención, ni entendía bien por qué, aún no lo comprendía y no, esta vez no me acerqué por mero aburrimiento, fue porque deseé hacerlo. Caminé hacia ella, y cuando llegué, miré hacia abajo porque ella estaba acostada y yo de pie. La miré serio, y ella, se tapó los ojos cuando me vio y eso evité reír como pude. No sé porqué se irrita tanto cuando me ve.

-¿Te falta vitamina D? ¿o quieres broncearte para coger color cucarcha?.-Le dije mientras me sentaba junto a ella quien seguía acostada con tremendo sol encima. Era curioso mirarla, no lo comprendía.

-¿Qué dices?

-Yaces tendida con un sol de 30 grados encima. ¿Es eso normal? No creo que lo sea, pero por algún motivo, me agrada.-Cuando le dije eso, ella enseguida se sentó y me miró bastante mal, como si le hubiera dicho alguna grosería o algo así. He podido notar que es bastante mal geniada y no creo que sea solo conmigo, ¿o será que sí y ya me gané su odio?

-¿Crees que puedo agradarte?-Me dijo y yo no entendía nada.-Pues si eso piensas te equivocas-

-Pero me agradas…

-Oye, ¿escuchas eso?

-No escucho nada.

-¿Tampoco vez al niño que está pegado a tu espalda?

-Qué m****a…-Me asusté y giré lentamente mi cabeza hacia

atrás… pero lógicamente no había nada, la chica sombría (que por cierto no le había preguntado el nombre) me miraba fijamente, pero sin expresión, en ese momento me pregunté:¿Cómo luciría ella sonriendo, enfadada o triste? De verdad, no mostraba nunca alguna expresión. Siempre parecía enojada, pero no fruncía el ceño ni mucho menos. Parecía estar tan en su propio mundo, en su burbuja, que cuando alguien intenta entrar en ella, se pone a la defensiva.

-Eres bastante crédulo y predecible.

-¿Qué? ¿por qué dices eso?

-¿Sabes que sucede si metes una uva dentro de un microondas?

-Se calienta…-Dije inseguro.

-No, explota.

-Qué… qué cosas dices…

-¿Sabías que el orgasmo de un cerdo dura treinta minutos?

-No… ¿Por qué sabes esas cosas?

Entrecerró los ojos y se levantó, poniéndose de rodillas detrás de mí para hacerme un masaje en la espalda, esta chica sí que era rara pero el masaje era tan bueno que me hizo relajarme por completo y sonreír como un tonto.

-Y, por último, ¿sabías que doy muy buenos masajes?

-No…

-Yo tampoco.-Me dijo y luego se fue rápidamente, la perdí de vista casi enseguida porque se metió entre la gente. Esta chica me causaba una sensación agradable, de verdad quería conocerla más.

Al día siguiente era sábado y cómo no tenía novia o algo que hacer (triste pero cierto) decidí empezar lo que había planeado. Sí, como lo mencioné alguna vez, todo lo que ocurrió en esa época, fue por mero aburrimiento, es increíble.

Al día siguiente era sábado y cómo no tenía novia o algo que hacer (triste pero cierto) decidí empezar lo que había planeado. Sí, como lo mencioné alguna vez, todo lo que ocurrió en esa época, fue por mero aburrimiento, es increíble.

Abrí un perfil en línea usando el navegador de tor que es prácticamente imposible de rastrear, aunque sí hay sus formas. Tuve que configurarlo por completo, de manera minuciosa. Al finalizar, usé por supuesto, un nombre y correo falsos para no correr riesgos.

Así de fácil y rápido cree mi perfil que se llamaba Bill Manguera (alábenme perras), no sé de dónde saqué ese nombre y empecé a agregar mucha gente al azar para tener más amigos y darle realismo a la cuenta, también coloqué fotos de un perdedor americano porque no podía colocar las mías jamás o me descubrirían de inmediato. Alcancé a tener trescientos amigos en tan solo el fin de semana, ahora sí que podría empezar lo mío, al fin, volvería a ser el dios que era antes de ganarme la fama de m****a que conseguí en los años anteriores.

Es que ya nadie confiaba en mí porque me conocían y sabía de lo que era capaz, entonces perdí mi gracia. Agregué a todos los que conocía de la escuela, incluyendo a chicos de cursos muy inferiores para hacer más popular la cuenta, empecé a publicar videos de mujeres aplastando lagartijas con los senos y otros en que las aplastaban con los tacones. En la tarde entré de nuevo y coloqué un estado etiquetando al perdedor de Marcelo, esa iba a ser mi primera víctima, el estado decía: “Tu mamá te tuvo porque no tenía para el aborto”.

Tan solo seis segundos después recibí malos comentarios de chicas de su curso y no demoró en manifestarse su novia (no sabía que Marcelo tenía novia), entonces miré en sus perfiles, sus números de teléfono y así les mandé el primero de los seiscientos veinticuatro mensajes que les envié a esta parejita en el transcurso del año.

La relación que tuve con ellos durante ese año, fue mi relación más larga, la ironía.

Ese fin de semana sí que me divertí con ese perfil, había encontrado mi vocación, mi razón de ser. Sentía cómo mi ego se incrementaba y me causaba tanta excitación, que sabía que iba a poder detenerme. Había encontrado mi heroína. Así, iba campante por la vida, como si no tuviera responsabilidades. Incluso, me ideé un antifaz que usaba sólo cuando acosaba y papá lo odiaba, me decía que me veía ridículo y Lucía, decía que la perturbaba y no le gustada que me acercara a ella cuando lo usaba.

En fin, era feliz, con mis mensajes y antifaz, pero como no todo es bueno, olvidé que debía leer Tonos grises para la clase de literatura, tendría un examen de este y yo no sabía nada, no sabía ni siquiera el nombre del primer personaje o el argumento de este. Lo peor, es que lo habían mandado a leer como mucha antelación y no tendría excusa alguna que me zafara de la que estaba por venir. Rodaría mi cabeza por el salón de clases esa mañana.

En pocas palabras, estaba perdido. Me levanté mucho más temprano que de costumbre para llegar a la escuela y leer páginas al azar del libro para tener al menos una idea del argumento de este, esa nota era la mitad del trimestre, no podía perderlo porque ya el viejo me amenazó, de nuevo con el tema de la cachetada con el pie y tragué hondo, no quiero tener su bota en mi bello rostro.

Papá me regañó porque me vio atragantarme con el cereal, pero es que no tenía tiempo, salí corriendo de la casa y me monté en la patineta, pero yo era más rápido corriendo así que corrí hasta la escuela. No tenía otra opción, qué grandísima porquería.

Correr con hambre es peor que cagar con hambre

Llegué totalmente cansado, agitado, de mal humor y aún peor, bañado en sudor. Era un mal indicio de cómo terminaría mi día.

Entré a la biblioteca y empecé a leer lo que fuera, cualquier página era válida a estas alturas, solo me quedaba media hora para que empezara la clase y yo ya estaba en pánico, estaba tan apresurado que no entendía nada de lo que leía, vi a varios de mis compañeros también ahí, en la misma situación que yo, leyendo a duras penas el libro, sabiendo que poco a poco iban muriendo nuestras esperanzas, ya estábamos perdidos

¿Qué más da? me rendí, mejor le daría mi cabeza a la profesora, me retiraría con la poca dignidad que me quedaba y ya está. Me lamentaba por dentro, y pensaba en técnicas para aguantar el dolor de la cachetada del viejo, ¿será que mejor me pega en el lado derecho… o mejor en el izquierdo? Discutía mentalmente donde debería patearme y me marchaba hacia el más allá, cuando sentí que me agarraron por detrás y giré y vi a la chica sombría. Por dios… esta vez venía con unos enormes anteojos, un gorro o sombrero como los de antes, pero esta vez en un tono purpura, una camiseta negra del movimiento Greenpeace que decía: “Salven el ártico “y unos jeans totalmente desaliñados, como tres tallas más grandes de lo que debía ser.

Ella tenía un olor en particular. Como habrán notado, tengo un olfato tan bueno, que siempre me mete en inconvenientes, puedo oler al más tenebroso a lo lejos, pero ella… tenía un olor como a… coco o… no lo sé, era muy agradable, ¡fascinante!

-No leíste Shades of gray ¿No es así?-Me dijo muy seria.

-¿Qué es eso?

-Tonos grises de Brooke mckinley, no lo leíste.

-¿Cómo lo sabes?

-Mírate, tienes el libro en la mano y estás pálido, apunto de llorar.

-No lloraré, ya me resigmé y le entregaré mi cabeza a la profesora apenas la vea, para que ¡zazs!la corte y fin, se acabó el sufrimiento bárbaro de una época en que…-Me interrumpió en seco y me miró frunciendo el ceño.

-¿Quieres hablar o quieres que te resuma la historia?

-Si haces eso, me caso contigo.

-¿Qué?

-Te heredaré todos mis bienes materiales e inmateriales.

-Mmm, es un trato justo.

Me sorprendió, me contó todo el libro de principio a fin, era estupenda la historia o no sé si lo era por la forma en que ella me la relató, pero me gustó muchísimo, ella cambiaba su voz cómo para hacer la voz de Miller y Danny que son los personajes principales, de verdad me entretuve y me decepcioné cuando sonó el timbre de inicio a clases, quería seguir con ella, no sé por qué. Sentí que la conocía un poco más, hasta creo que vi que sus ojos me sonrieron por un momento, se movía bastante y cruzaba las piernas en su silla mientras estaba sentada. Ella ya se iba cuando la tomé del brazo para preguntarle:

-¿Cuál es tu nombre?

Dudó unos segundos, pero no respondió. Vaciló y decidí ser insistente.

-¿No me lo dirás? ¿Qué clase de tramullo ocultas?

-Cállate.

-¿Cuál es tu nombre entonces?

-Jimena.

-¿Jimena?

-Sí, Jimena Elizondo.

-Eso es de una telenovela.-Chasqueó la lengua.-¿Cómo te llamas? Me gustaría mucho saber

-Pregúntale a la perra curiosa que tienes detrás.-Me dijo y se fue de la misma manera que se fue la vez anterior que la vi, muy rápida, miré hacia atrás y ahí estaba Joel, él también era uno de mis mejores amigos y yo pensaba que se había retirado con los demás, me dio mucha alegría verlo. Ya no estaría tan solo.

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Saqué una de las notas más altas en el examen, eso me hizo sentir muy tranquilo, hablé con Joel, me contó de sus vacaciones y me dijo que había viajado donde sus abuelos, por eso había entrado tan tarde a clases.

Al parecer se estaba tramullando a dos chicas, eso sí que lo llenaba de orgullo y a mi parecer, es de un maldito hacer eso, pero era mi amigo y no iba a reprocharle lo que hacía. Yo tengo una teoría sobre la gente que hace ese tipo de cosas. Creo firmemente en que, la gente menos pensante, es la que suele ser infiel. Por lo general, alguien inteligente, no se pondría a hacer algo tan bajo como eso, a seguir un instinto tan cavernícola y bajo, actúar como si fuesen un perro que ve a varias perras en celo. Les daría incluso asco actuar así. Por eso no respeto a nadie que hace ese tipo de cosas, puedo ver qué tipo de personas son, con pocos estudios, aspiraciones y un estilo de vida mediocre, sean pobres o ricos. No he visto al primero que se jacte de tener varias chicas, siendo alguien pensante o que pueda mantener una conversación inteligente.

En fin, le pregunté por el nombre de la chica sombría y me dijo que se llamaba Mía Therese. Un raro nombre para una rara chica, le iba como anillo al dedo, de verdad y me sorprendió saber que Therese era su apellido ya que usualmente es un nombre, pero ese era el apellido de su mamá que tiene raíces italianas, al parecer Joel la conocía más de lo que yo me imaginaba

Ella era vecina de una amiga de la prima de su ex novia, una larga historia, pero él la conocía porque un día, años atrás en la escuela, él estaba jugando fútbol con sus amigos y pateó muy fuerte el balón, este se desplomó encima de una maqueta que Mía traía. El corrió a disculparse, pero ella no aceptó y en cambio lo pateó a él también ¿Por qué patea a todo el mundo? Fue la pregunta que le hice a Joel y él me respondió que era porque ella practicaba Tang so doo que es algo parecido a las artes marciales o taekwondo. De ahí su actitud agresiva pero lo que no me explicó fue el porqué de su modo tan espantoso de vestirse o también el porqué de que no muestre expresiones o el porqué de que se desaparezca tan rápido.

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