Cuando el reloj marco la 1:35, Isabella salió del hotel rumbo a la empresa para recoger a Dante y juntos ir a comer.
Al llegar a la empresa y verlo, le toco el claxon para hacerse notar.
- Hola guapo ¿gustas que te lleve? – dijo Isabella al ver que se acercó al vehículo.
- Wa… me siento afortunado - opino divertido Dante al subir el auto y ver que su chica estaba con otra ropa.
- Y debes estarlo – dijo ella para seguir la broma.
- Jajaja – Dante se dejó hacer por ella y comenzó a contarle como estuvo su día en el trabajo.
Entre platicas y risas llegaron al restaurante y tras ordenar y recibir su comida ellos retomaron su charla.
- Oye y ahora te toca – dijo Dante - ¿cómo te fue en esa visita?
- Pues… paso como debía pasar – dijo triste.
- ¿Tan mal te fue?
- Si… al final ellos no han cambiado nada y ni parecían arrepentidos.
- Tu pensabas ayudarlos verdad ¿verdad?
- Al final del día son mis padres – hablo ella haciendo una mueca – y si pensé en ayudarlos, pero al hablar con ellos vi qu