El resto de la semana paso rápidamente entre proyectos y revisiones finales para Isabella y Dante, dando paso a ese día importante que prometía ser el inicio de ese cierre turbulento y tortuoso para ambos.
Tras despedirse de su pequeño y de Elizabeth, Isabella se fue rumbo al aeropuerto con la frente en alto lista para todo lo que pudiera pasar u ocurrir al enfrentarse a todos ellos, ya que ahora no tenía las heridas abiertas, si no que estas cerraron y se endurecieron creando una armadura que le daba fuerza y coraje para enfrentarlos.
Cuando el avión aterrizo ella ando a paso firme y algo lento por el lugar hasta llegar a la sala de espera donde Dante ya le esperaba con una rosa roja entre sus manos.
- ¿Qué haces? – le pregunto divertida al ver que le estaba dando la flor.
- Una flor para una linda flor – dijo divertido.
- Que cursi jaja – hablo ella rodando los ojos a la vez que sonreía - pero es un lindo detalle, gracias – hablo tomando la rosa.
- Bueno vamos que adivino no tocaste