CAP 5 ARREGLAR EL ASUNTO

Alma entró lloriqueando y se abrazó a ella pasando el mostrador. “Melody estoy en problemas, moriré siendo virgen y sin un amor verdadero”.

Melody dejó de ver a Adam y le preguntó a su amiga. “¿Qué pasó?”.

Alma lloraba mientras le explicaba. “Mis padres quieren que me case con un hombre que ni conozco”.

Ella lo decía triste, segundos después se calmó y lo pensó. “Es guapo y de buen cuerpo, tiene lo suyo, es doctor… seré rica lo se… pero tienen una cara de pocos amigos, parece como si trajera m****a en la boca y estuviera tratando de tragarla”.

A veces Alma era muy ocurrente y explícita en sus pláticas.

Melody escuchaba atenta.

Adam sólo cruzó sus brazos escuchando todas las quejas de Alma, su prometida.

Alma seguía parloteando, manoteando triste y desamparada. “Es un hombre frío y distante, seré muy infeliz, no podré divertirme”.

Melody trató de calmarla. “No creo que sea tan frío, es raro conocer a alguien así”. Mientras lo decía recordó al hombre del bar.

Alma se abrazó más a ella llamando la atención de los presentes, estaba montando un gran espectáculo. “Mis padres dicen que él es así porque lo dejaron una vez, él nunca volvió a sonreír… está dolido porque su amada se fue y…”

Melody levantó la vista del hombro de su amiga, miró hacia arriba sintiendo la sobra de alguien y se encontró con esos ojos negros que la miraban molesto.

Alma que estaba de espaldas no vio a la persona, se giró para ver lo que Melody miraba y se cubrió la boca mirando a Adam. 

Esperaba que él no  hubiera escuchado todo lo que dijo.

Adam la miró y le expuso. “Para tu información, no llevo m****a en la boca y no soy un antipático, será mejor que nos sentemos y platiquemos de una vez por todas”.

Alma negó asustada porque sentía que el hombre la mataría con la mirada, además… escuchó todo lo que dijo… él debe estar furioso.

Melody observó a ambos y se acercó al oído de Alma tratando de hablarle bajo. “Este es tu prometido?”.

Alma asintió con la cabeza en silencio mirando a Adam y también le susurro a su amiga. “¿Verdad que es guapísimo?”.

Melody asintió en silencio y volvió a susurrar. “Si… pero es cierto tiene una mirada que da miedo”.

Alma afirmó y empezó a imaginar... “Pero… como se verá sin ese traje, ¿Tendrá músculos tonificados?”.

Melody y Alma empezaron a conversar en voz baja.

Melody le dijo. “No lo sé, pero lo sabrás en dos semanas”.

Alma hizo una mueca, recordando que estaba obligada a casarse.

Alma le dijo. “¿Recuerdas ese chico con el que salí que era dueño de un gimnasio?”.

Melody asintió. “Ese tal Bruce, era un mujeriego, te diste cuenta a tiempo”.

Alma asintió. “Los hombres guapos son unos mujeriegos”.

Adam levantó una ceja y puso sus manos en los bolsillos de su pantalón. “¿Terminaron?”.

Ambas asintieron sin hablar mirándolo fijamente, era alto y muy guapo, las dos estaban en trance.

Adam miró a Alma. “Vamos, hablemos”.

Adam había citado a Alma en esa cafetería para dejar claro todo lo relacionado con su boda y su vida de casados, nunca se imaginó que Melody trabajara ahí.

Alma había llegado relativamente temprano para quejarse de su triste vida antes de que Adam llegará, pero no se imaginó que él había llegado tan temprano al lugar.

Alma miró a su amiga pidiéndole su consentimiento.

Melody rodó los ojos. “Ve, habla con él, yo seguiré trabajando, pero estaré vigilando”.

Alma siguió a Adam más tranquila de que su amiga estaría ahí.

Al sentarse Adam la miró fijamente en silencio, ella empezó a ponerse nerviosa, estaba inquieta.

Adam le dejo las cosas claras. “No tengo la intención de casarme y tener una relación sentimental contigo ni con nadie, solo quiero cumplir con lo que le prometí a mi abuelo”.

Ella atenta escuchó al hombre y se sintió más tranquila al escucharlo. “Ok, estoy de acuerdo solo por un año”.

Después de arreglar el asunto, Adam se levantó y se acomodó el saco. “Nos vemos en dos semanas”.

Ella se quedó ahí mirándolo irse, estaban sentados en una mesa al final de la cafetería, Adam tenía que caminar hasta el mostrador y pagar.

Alma se asomó un poco por debajo del saco tratando de ver su trasero.

Melody noto lo que su amiga hacía y rodó los ojos, se quejó mientras limpiaba el mostrador. “Dice que es frío y tenebroso, pero le mira el trasero”.

Adam llegó hasta el mostrador y se quedó mirando a Melody por unos segundos, Melody se cayó en seco también observándolo

“La cuenta”. Adam le dijo en tono insignificante.

Melody asintió y tecleo en la caja registradora. Adam le entregó la tarjeta de crédito, Melody la observó por unos segundos reconociéndola, sólo ciertas personas podían tener ese tipo de tarjetas y pensó.

-Un rico… mi amiga vivirá bien-

Melody le sonrió fingidamente. “Que le vaya muy bien”.

Adam no apartó la vista de la chica en todo momento, tomó su tarjeta y salió sin decir nada.

Melody frunció el ceño. “Típico, rico y grosero”. Ella siguió con su trabajo.

Alma después de que se fue Adam, se levantó y se despidió de Melody tenía que regresar a trabajar, salió feliz y tranquila, ya había hecho un trato con su futuro esposo.

…………….

Por la noche en el bar…

Melody terminaba de cantar, bajo del escenario y William se acercó. “Hola”.

Melody lo observó y le sonrió. “Hola”.

Ella trató de caminar, pero William la detuvo. “¿Podemos tomar algo juntos?”.

Melody miró de reojo a Marcos que no dejaba de cuidarla. “Lo siento estoy en horas de trabajo”.

William le rogó. “Por favor solo será un trago”.

Melody terminó aceptando. “Solo un trago, necesito seguir atendiendo a los clientes”.

William sonrió al saber que ella había aceptado y caminaron

juntos a la mesa VIP. Ellos conversaron por un rato, en realidad William no dejaba de hablar sobre carros, dinero y propiedades, era un simple hijo de papá que todo lo tenía de sobra.

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