Liuggi veía la hora en el reloj con un poco de impaciencia, mientras permanecía sentado en el auto que había alquilado apenas llegó a Lisboa. No pudo evitar sentir una fuerte opresión en el pecho, una parte de él lo cuestionaba, repitiéndole como un mantra “Estás equivocado, vas a salir perdiendo en este juego”, sin embargo, se negaba a obedecer esos consejos, incluso pensaba eran producto de sus miedos de perder a la mujer amada.
Antes de ir en búsqueda de Mariana, decidió llamar de nuevo a Lisbani, no obstante, los resultados habían sido los mismos, no respondía ni sus mensajes de textos, ni llamadas, eso lo tenía inquieto, sino fuera importante para la mujer a quien amaba, el resultado de lo que estaba haciendo, hace tiempo habría dejado todo y regresado con ella, su hija y el resto de la familia, pero aunque ese era un amargo paso, debía darlo por la tranquilidad y seguridad de su gente.
Mensaje Enviado a Lisbani