La recuperación de Ángela prosiguió sin problema. Bajo los cuidados de la madre de Jade y las atenciones de su mejor amiga y padre, en menos de una semana los dolores desaparecieron casi por completo.
Aunque eso no evitaba que su cuerpo estuviese cubierto por moretones que se iban desvaneciendo poco a poco.
A pesar de la cojera de su pierna, acompañó a su amiga durante los últimos preparativos de su boda, Jade ya estaba de vacaciones oficialmente y ahora que ambas se encontraban disponibles, ella la arrastró por todos lados, en especial, a la tienda que se estaba encargando de los vestidos de sus damas de honor.
―Debemos cambiar el vestido por un pantalón y una camisa ―dijo Jade―. Aunque la mayoría de los cardenales desaparezcan para ese día, el de tu pierna es demasiado grande y se va a notar.
Jade había escogido unos vestidos de tubo de color azul rey y la falda llegaba sobre l