12. Asaltada
Darío
Estoy disfrutando de un exquisito platillo, en uno de los restaurantes del hotel, mientras mi guardaespaldas se encuentra a mi lado haciendo lo mismo.
—Permiso señor Darío— me habla James, señalando su celular, se para de la mesa y toma la llamada cuando cree que está lo suficientemente retirado, lo alcanzo a ver y al juzgar por sus gestos, sé que se trata de un problema.
Segundos después se acerca a la mesa corriendo.
—Lo siento jefe, me tengo que ir, es Naylea, está perdida y herida—¿qué?
—Espere, lo acompañaré— hago señas al mesero para que traiga la cuenta, pago y salimos rápidamente del hotel.
Solo espero que no haya dejado perder mi tablet, tengo muchas cosas importantes ahí.
Nos dirigimos al estacionamiento y nos subimos en mi vehículo.
—A ver con qué saldrá esta niña ahora—musito.
En pocos minutos llegamos al lugar, menos mal; James se baja y luego de unos segundos conversando, ambos se acercan al auto. Mi guardaespaldas se dirige al asiento del conductor, mientras que