PDV: Evan
—Había olvidado que eres una profesional en psicología para que manejes ese término.
—Deja el sarcasmo a un lado, y si, te tildo de misógino porque así como necesitas de mujeres para tener intimidad por otro lado no confías en ellas y mucho menos te agradan.
—¡Ahh, Roberta! Suficiente con eso, el hecho de no querer a nadie a mi lado no me hace ser eso.
—De veras ¿Y porque actúas como lo haces?
—Eres mi empleada y aun así te entrometes donde no debes, debería despedirte —refute para levantarme del asiento.
—De hacerlo créeme que no durarías ni un día sin mí.
—Te hare callar esas palabras cuando regreses de tus vacaciones, ya lo veras.
Luego de ese cruce de palabras que tuve con Roberta, la cual sabía que puntos débiles tocar para enojarme seguí a mi habitación. A pesar de no tener un interés más allá del sexo con ninguna mujer, solía guardar sus números telefónicos, por ello fui a ese extenso registro que llevaba y comencé marcando algunos dígitos.
Mi idea se basaba